UN PAPEL DESTACADO

Carolina de Mónaco, una perfecta ‘primera dama’ en segundo plano

Carolina Mónaco
Carolina de Mónaco en una imagen de archivo.
  • Andrea Mori
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El reciente regreso de la princesa Charlene a Mónaco tras pasar varios meses en una clínica en Suiza recuperándose de las secuelas de la infección que le impidió volver a casa durante más de medio año, no ha despejado del todo las dudas sobre el papel que la esposa del príncipe Alberto va a tener a partir de ahora en cuestiones relacionadas con el Principado.

La Princesa con su hija Gabriella posando. / Gtres

La propia Charlene declaraba recientemente que todavía no está recuperada del todo y, además, se quejaba de los constantes rumores sobre su matrimonio de los últimos meses. Y es que se ha comentado que la exnadadora va a trasladarse a Suiza y que, aunque no se va a separar de iure del príncipe Alberto, su papel dentro del Principado se va a reducir de manera considerable -en los últimos meses ha sido casi inexistente-.

Esta situación, pese a no haber sido confirmada de manera oficial, hace pensar en que los compromisos de Charlene podrían acotarse a eventos puntuales, sobre todo, a lo relacionado con su fundación. Sin embargo, esto pone en circunstancias cuanto menos complicadas al príncipe Alberto.

Charlene y Alberto de Mónaco / Gtres

Charlene y Alberto de Mónaco con sus hijos. / Gtres

El soberano tiene una intensa agenda y, aunque es cierto que está más que acostumbrado a hacerle frente en solitario, no puede desdoblarse para poder ofrecer una mayor cobertura. A este respecto, la princesa Charlene ha jugado siempre un rol esencial pero, sin embargo, no ha sido ella la única con capacidad para ello. También la familia del soberano ha ejercido tareas de representación, sobre todo, la princesa Carolina y la princesa Estefanía.

Aunque no es primera dama sensu stricto, la princesa de Hannover es la más indicada para ‘suplir’ a la consorte. Mucho antes de que el príncipe Alberto conociera a la exnadadora -a la que, por cierto, no le gusta demasiado estar en el ojo público-, Carolina de Mónaco ya estaba acostumbrada a ser el objetivo de los flashes y tener un papel destacado en la estructura del Principado.

Mónaco

Charlene de Mónaco en un acto con Carolina. / Gtres

A pesar de que Carolina de Mónaco ha pasado los últimos años bastante alejada del foco mediático -y disfrutando de su papel como abuela-, antes de la llegada de Charlene, e incluso antes aún de que su hermano se convirtiera en soberano, ya sabía perfectamente cómo ejercer de ‘primera dama’. A Carolina no le quedó más remedio que asumir el rol a la muerte de su madre, Grace Kelly, y convertirse en el mejor apoyo para su padre. Una realidad que mantuvo cuando este falleció y Alberto pasó a ser el soberano y para el que siempre ha estado mucho más predispuesta que la princesa Estefanía que, en muchos aspectos, ha ido por libre.

Sin embargo, una vez que el Príncipe se casó, su hermana dio un paso atrás, hasta ahora. La enfermedad de Charlene ha vuelto a poner en el punto de mira a la todavía esposa de Ernesto de Hannover hasta el punto de que, en los compromisos más importantes como las celebraciones de Santa Devota, por ejemplo, ha sido ella la ‘sombra’ de Alberto.

Carolina de Mónaco

Carolina de Mónaco con su hermano y Karl Lagerfeld. / Gtres

A la espera de ver cómo evoluciona la situación, lo que está más que claro es que el protagonismo de Carolina de Mónaco en el Principado no va ir sino in crescendo, sobre todo en meses como los que están por venir, que concentrar citas tan importantes como el Baile de la Rosa -una de las iniciativas más importantes en la vida de Carolina- o el de la Cruz Roja, al que tradicionalmente siempre ha acudido Charlene. El tiempo dirá quién se convierte, de facto, en ‘primera dama’, eso sí, hasta que la princesa Gabriella pueda tener un papel más destacado.

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