El cáncer que Buckingham Palace ‘ocultó’ y que el diagnóstico de Carlos III ha puesto sobre la mesa

Una semana después de haber abandonado la clínica privada de Londres donde fue intervenido de un agrandamiento «benigno» de la próstata, el rey Carlos III ha sido diagnosticado de cáncer. Fue este lunes cuando, la Casa Real británica, confirmó la nueva afección en la salud del monarca, a través de un comunicado, si bien no especificó de qué tipo de tumor se trata. «Durante el reciente proceso hospitalario del rey para un agrandamiento de próstata benigno, se descubrió un asunto de preocupación diferente. Las pruebas diagnósticas subsiguientes han identificado una forma de cáncer. Su Majestad ha comenzado hoy un programa de tratamientos regulares, tiempo durante el cual los médicos le han aconsejado que posponga sus tareas de cara al público», reza el escrito.

El nuevo diagnóstico y el tratamiento iniciado por Carlos III podrían obligar así a postergar aún más sus apariciones en público, lo que ha creado un verdadero dilema en la Casa Real -debido también a la reciente operación abdominal de la princesa de Gales, Catalina Middleton-; sumado a un sinfín de especulaciones en torno a la enfermedad. Y es que el hecho de que no se hayan proporcionado detalles adicionales sobre el estadio del cáncer o el pronóstico de Carlos III, ha puesto el foco, inevitablemente, en la afección que sufrió, prácticamente en silencio, la madre del actual rey del Reino Unido y soberano de los otros catorce reinos que forman parte de la Mancomunidad de Naciones.

La Reina Isabel II falleció, según figura en el certificado de defunción inscrito en el Registro Nacional de Escocia, debido a su «avanzada edad». No obstante, poco después de su muerte, Gyles Brandreth, en virtud de fiel amigo del duque de Edimburgo, presentó un relato, Elizabeth: An Intimate Portrait, en el que desvelaba que Isabel II había luchado contra un cáncer durante su última etapa. En concreto, un tipo de neoplasia de hueso. «Escuché que la Reina padecía una forma de mieloma [un tipo de cáncer en la médula ósea], lo que explicaría su cansancio, su pérdida de peso y esos problemas de movilidad de los que se nos hablaba a menudo durante el último año de su vida», contó Brandreth.

Esta información nunca ha sido confirmada por Buckingham Palace, aunque lo cierto es que toma ahora una mayor relevancia; pues un pequeño porcentaje de los casos de cáncer de hueso se ha relacionado con factores hereditarios. El cáncer puede ser causado por mutaciones [defectos] en el ADN que activan los oncogenes o desactivan los genes supresores de tumores. Según American Cancer Society (Sociedad Estadounidense contra el Cáncer), algunas personas con cáncer «tienen mutaciones en el ADN que heredaron de uno de sus padres. Estas mutaciones aumentan su riesgo de padecer la enfermedad».

De acuerdo a la organización voluntaria de salud, el síntoma más frecuente de este tipo de enfermedad es «el dolor óseo, especialmente en la pelvis y la zona lumbar», lo que explicaría que la monarca permaneciera, en cierto modo, alejada de todo aquello relacionado con la vida pública, y cediera su testigo al frente de la Corona tanto a su primogénito, el entonces príncipe Carlos; como a su nieto, el príncipe Guillermo.

El príncipe Harry viajará a Londres para visitar a su padre

Las últimas veces que el príncipe Enrique, duque de Sussex, ha viajado al Reino Unido, ha sido para testificar en los juicios que tiene abiertos contra la prensa británica. Sin embargo, esto podría cambiar en los próximos días. Según ha asegurado una fuente del entorno cercano del hijo menor del rey Carlos a Daily Mail, el príncipe Harry habría decidido viajar a Londres para ver al monarca después de que este le haya comunicado su diagnóstico de cáncer. No se espera que le acompañen Meghan Markle ni sus hijos, Archie y Lilibet.

La última vez que el príncipe Harry estuvo con la Familia Real británica fue el pasado 6 de mayo, durante la coronación de de su padre y la reina Camilla, en la que ocupó un banco en la tercera fila.