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Sarah Ferguson y el príncipe Andrés se han convertido en el paradigma de ex pareja bien avenida. A diferencia de lo que ocurrió con el hoy rey Carlos y su primera mujer, Diana de Gales que, curiosamente, ejerció de ‘Celestina’ para la pareja cuando consiguió que invitaran a Fergie a un evento en Windsor, los duques de York, cuyo divorcio se concretó también en el año 1996 y en medio del escándalo -tras ver la luz las fotografías de Sarah Ferguson con John Bryant en topless y en actitud comprometida-, Andrés y Fergie han conseguido llegar a una situación en la que su relación no solo es cordial, sino que son el mejor apoyo el uno del otro.
Sarah Ferguson y Andrés en una imagen de archivo. / Gtres
La prueba más reciente de esta realidad la encontramos tras el anuncio de la intervención quirúrgica de la duquesa de York hace unos días, cuando se le diagnosticó un tumor en el pecho por el que tuvo que ser operada. El príncipe Andrés y las dos hijas del matrimonio han estado a su lado en todo momento, pendientes de su estado y apoyándola en todo lo que pudiera necesitar.
Pero, más allá de esto, han sido varias las situaciones en las que la pareja ha dado muestras de lo bien que se lleva. Cuando saltó el escándalo del caso Epstein y la posterior demanda de Virginia Giuffre, Sarah Ferguson siempre ha estado al lado de su ex marido, con el que, por cierto, reside en el Royal Lodge. Más aún, a pesar de que durante un tiempo fue ‘repudiada’ de la Familia Real, con el paso de los años Fergie ha vuelto a hacerse un hueco en ‘La Firma’, no a nivel oficial, sino privado. Por ejemplo, el príncipe Felipe nunca le perdonó los escándalos del pasado y no permitió verla de nuevo, pero la Reina Isabel sí que le abrió los brazos y hasta Carlos III, a pesar de que en actos institucionales no cuenta con ella -tampoco con el príncipe Andrés por motivos obvios-, sí que dejó que asistiera al concierto posterior a su coronación.
Sarah Ferguson y Andrés en una imagen de archivo. / Gtres
La realidad es que Sarah Ferguson ha dejado de ser una figura incómoda para la Familia Real -como lo fue también Diana, pero Fergie en menor medida-, para pasar a convertirse en el contrapunto ideal de Andrés, sobre todo, ahora que el duque de York pasa por uno de los momentos más complicados de su vida. La Duquesa no forma parte de la institución, sino que tiene su propia carrera, pero es el apoyo perfecto para ‘sostener’ al hermano del Rey en una etapa en la que se le han cerrado las puertas. Además, su carácter desenfadado y simpático hace que conecte con los británicos, y muchos ven en ella un personaje entrañable.
Sarah Ferguson y Andrés en una imagen de archivo. / Gtres
A pesar de que se ha hablado mucho de que la pareja podría darse una segunda oportunidad, esto es algo que no entra en sus planes. Sin embargo, siempre han estado unidos y el divorcio solo define su estatus como matrimonio, pero no la realidad de su relación. No son pareja, pero sí el mejor apoyo el uno para el otro. Así lo ha comentado en más de una ocasión la propia Sarah Ferguson: «Estamos divorciados, pero no de forma física. Somos padres que se apoyan mutuamente y creemos que la familia lo es todo. Estoy contenta con el trabajo que hemos hecho juntos para criar a nuestras hijas y mantener una unidad familiar sólida». Una relación atípica en la que la familia está por encima de todo, es más, fuentes cercanas a la pareja han recalcado que Sarah es la única que realmente comprende cómo se siente Andrés, a lo que se suma que la Reina Isabel era consciente de que ella era quién podía estar a su lado en su momento más complicado, es más, antes de su muerte, la monarca pidió a ambos que fueran ellos los que se quedaran con sus corgis en el momento en el que ella faltara. Y así ha sido.