Andrés de Inglaterra, el príncipe del escándalo
El caso Epstein ha puesto entre las cuerdas al duque de York con respecto a la ley
Su nacimiento fue para la Reina de Inglaterra la salvación de su matrimonio. El príncipe Andrés fue su alegría aquel 19 de febrero de 1960, tras la crisis que le había distanciado un tiempo de su marido, el atractivo duque de Edimburgo. El príncipe Carlos y la princesa Ana habían nacido doce y diez años antes, respectivamente, pero Andrés, fue entonces el niño de sus ojos. En noviembre pasado, la Soberana se vio obligada a apartarlo de la Corona tras su presunta implicación en el escandalo Epstein de tráfico y abusos sexuales. Este miércoles, el predilecto cumple 60 años en el centro de la polémica.
“Esta no es una sórdida historia de sexo. Esta es una historia de tráfico; esta es una historia de abuso y es una historia de vuestra realeza”. Con estas duras declaraciones y otros detalles, Virginia Giuffre denunciaba como había sido forzada por el empresario Jeffrey Epstein a mantener relaciones sexuales, cuando era menor, con el príncipe Andrés. La emisión de la entrevista de Giuffre hizo temblar los muros del Palacio de Buckingham. Había que apartar a Andrés de sus obligaciones como miembro de la Familia Real; a petición expresa del príncipe Carlos, la decisión se consuma vía comunicado oficial en noviembre pasado. En agosto, Jeffrey Epstein aparecía muerto en la celda de la cárcel de Nueva York en la que estaba ingresado.
Andrés de Windsor, octavo en la línea de sucesión a la Corona Británica (fue el número 2 hasta el nacimiento del príncipe William, hijo del príncipe Carlos y Diana Spencer), ve hoy cómo su vida de príncipe colapsa. De poco le sirve su título de Comandante de la Orden Real Victoriana que ostenta desde 1979, o haber prestado servicio activo como piloto de helicóptero en el conflicto de las Malvinas en 1986. Su vida se va a negro. El relato acusador de Virgina Giuffre es demoledor: tenía 17 años cuando mantuvo el primer encuentro sexual con el príncipe Andrés. Una fotografía que alguien tomó avala que la cita existió. En la imagen, el príncipe rodea la cintura de la joven y cerca de ellos, Ghislaine Maxwell, identificada en la investigación como la mujer que proporcionaba chicas a Epstein. Se vieron en un club nocturno y la terminar la velada de baile, se marcharon juntos según cuenta Giuffre, quien tiene actualmente 35 años. En declaraciones a la BBC aseguró que el príncipe sabe lo que pasó: ”Solo hay uno de nosotros diciendo la verdad y sé que soy yo”.
El príncipe Andrés en un acto de agenda / Gtres
El tercero y amado hijo de la reina Isabel II está en un buen lío y lo peor es que ha negado la mayor. La presión le llevó a dar su versión de los hechos en una entrevista concedida a la misma cadena televisiva. Los medios ingleses coinciden en que sus declaraciones fueron desastrosas, negando conocer a la chica y no recordar la fotografía, además de no transmitir ningún tipo de empatía con las presuntas víctimas. Bochornoso.
No sé con quien soplará las velas este miércoles. Su ex mujer, Sarah Ferguson, con la que siempre ha mantenido una relación cordial desde su separación en 1992 y posterior divorcio en 1996, le apoya incondicionalmente, al igual que sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia. Es el más mediático de los hijos de la reina de Inglaterra, quien le concedió el título de Duque de York cuando contrajo matrimonio con Ferguson en 1986. Unas fotografías de Sarah con el multimillonario tejano Steve Wyatt, que publicó la revista Hello, fueron el detonante de la crisis que atravesaba el matrimonio poco después de nacer su segunda hija. Algunas crónicas relatan que fue el duque de Edimburgo quien pidió a su hijo que actuara. Sara Ferguson tampoco se adaptó a las normas de la Corona y la unión saltó en pedazos. La separación fue inevitable.
Príncipe Andrés y la Reina Isabel atendiendo a una misa en Sandringham / Gtres
El príncipe Andrés ha sido durante años representante especial del Reino Unido para comercio internacional e inversiones, se ha visto salpicado también por conflictos de intereses al hacer negocios con sus amigos aprovechando su condición privilegiada. La promoción de un banco privado en Luxemburgo, propiedad de la familia Rowland, muy cercana a él, o inversiones en paraísos fiscales, le sitúan en el centro del escándalo, algo parecido a lo que en España se llamó, por otro tipo de delitos, persona no ejemplar. Es lo que tiene sentirse impune: al final te pasas de listo y de sinvergüenza. Randy Andy, presunto lamentable.
El príncipe Andrés, Meghan Markle y el príncipe Harry en el Festival de conmemoración en el Royal Albert Hall de Londres / Gtres
Ya digo que no sé con quien soplará las velas. Apuesto a que su madre estará cerca. Un hijo es un hijo, Buckingham es enorme y, además, eso no impedirá que el príncipe tenga que declarar en el juicio. Abogados de las defensas ya requieren su testimonio.