La abdicación de Margarita pone en el punto de mira el reinado de Carlos III
La reciente abdicación de Margarita de Dinamarca ha abierto el debate sobre otras monarquías.
Todavía hay algunos jefes de Estado de mucha edad frente a otros más jóvenes.
El caso del rey Carlos III resulta especialmente llamativo.
La inesperada decisión de la reina Margarita de Dinamarca de dar un paso atrás y ceder el trono a su hijo mayor, el príncipe Federico, a partir del próximo día 14 de enero, ha desatado toda una revolución en las monarquías europeas.
La todavía reina danesa es la última gran soberana de la generación actual y, al igual que la Reina Isabel, nadie esperaba que ella se plantease la abdicación, sino que estaría en el trono hasta el último de sus días. No ha sido así y, aunque ella misma ha dicho que ha llegado el momento de dejar paso a las nuevas generaciones, no deja de ser llamativo que haya tomado esta decisión.
Margarita de Dinamarca en una imagen reciente. / Gtres
Un nuevo horizonte para los daneses que, indudablemente, pone en el punto de mira a otras monarquías, sobre todo, a Noruega y Suecia, con las que la reina Margarita tiene estrechos lazos y, según se ha dicho en más de una ocasión, mantenía una especie de pacto secreto de permanecer en el trono hasta el final.
Sin embargo, por el momento, ni el rey Carlos Gustavo de Suecia, ni Harald de Noruega tienen pensado hacer cambios en la estructura de sus respectivas Casas Reales y, mucho menos, ceder el trono a sus herederos.
El caso del rey Carlos III
No obstante, y aunque le pilla un poco más alejado, la abdicación de la reina Margarita de Dinamarca también ha abierto el debate en el Reino Unido, donde el nuevo monarca no ha cumplido todavía dos años como jefe del Estado y acaba de ser coronado hace apenas unos meses.
Es cierto que para los británicos la palabra abdicación tiene un significado muy negativo ya que la última fue la de Eduardo VIII. Una polémica renuncia sin la cual, por cierto, no habría llegado al trono la Reina Isabel que, sin duda, ha sido una de las royals más importantes de la historia del país.
Sin embargo, tal como explica Richard Eden en un artículo en el Daily Mail, la decisión de la reina Margarita de abdicar ha abierto la puerta para que, al menos, el actual rey Carlos III pueda pensar en ello. «En mi opinión, no hay ninguna razón por la que el rey Carlos deba considerar la abdicación como un desastre», asegura el especialista.
Los reyes Carlos III y Camila Parker juntos en Norfolk. / Gtres
Y es que la renuncia de la reina Margarit -al igual que otras que se han producido con anterioridad, como la de Beatriz de Holanda o la de Alberto de los Belgas-, no tienen que generar inseguridad o una situación incómoda para la Corona. «En una monarquía segura y estable, no socavaría el principio hereditario si el rey entregara el poder a su heredero antes de que se volviera demasiado frágil para desempeñar sus funciones con eficacia», recalca el experto.
Sin embargo, si se tiene en cuenta que el rey Carlos III ha sido durante muchos años el heredero más longevo, hay pocas posibilidades de que se plantee, al menos de manera inminente, ceder el testigo a su hijo que, por cierto, cuenta con una mayor aceptación y popularidad.