Sara Carbonero desvela su dolor más profundo: ‘Yo no fui capaz’
El dolor más profundo de Sara Carbonero ha sido revelado en redes sociales
Sara Carbonero, destrozada tras una durísima vivencia en Panamá: «No fui capaz»
Sara Carbonero es todo un referente en nuestro país, estos últimos días ha vivido una experiencia que la ha dejado en shock. Esta mujer que ha demostrado con su trabajo que es toda una profesional, también da ejemplo en cuanto a algo tan importante como ayudar a los demás. Carbonero no duda en mostrar la peor cara de algo que realmente puede acabar siendo lo que nos haga reflexionar sobre lo que vemos en este momento. La vida que ha tenido esta mujer es todo un ejemplo de superación y entrega.
Desde que la enfermedad llegó a la vida y a la familia de Sara Carbonero, hemos podido ver la parte más personal de una profesional de la televisión y la radio que conquistó a medio país. El punto de inflexión que nos descubrió, un corazón enorme y un amor ilimitado. En estos días de verano en los que muchas personas van de vacaciones, Sara no duda en ayudar a los más vulnerables a través de un viaje con UNICEF. Esta organización de la que es embajadora se encarga de los más vulnerables y lo hace de la mejor manera posible.
UNICEF es la organización con la que colabora Sara Carbonero
El trabajo que realiza UNICEF es fundamental. Tal y como se indica en su web: «En España ya somos más de 438.000 socios los que queremos cambiar la vida de millones de niños y lo estamos consiguiendo. Con tu ayuda llevamos medicinas, vacunas, atención médica o agua potable a los niños que más lo necesitan. Hoy somos muchos los que creemos en un mundo donde todos los niños tengan las mismas oportunidades, pero necesitamos ser muchos más y para ello tu ayuda es fundamental».
Una misión para la que Sara Carbonero ofrece no solo su imagen, sino una colaboración que realmente puede cambiarlo todo en todos los sentidos. Un pequeño gesto puede mover el mundo, lo hemos visto a través de una campaña que Carbonero se encarga de explicar en sus redes sociales.
Este viaje que nos ha descubierto una mirada más para poder conocer en primera persona qué es lo que está pasando en el mundo. Una visión de una realidad que nos debe hacer pensar en lo que está por llegar en estos días que tenemos por delante. Siendo la imagen de esta organización que puede acabar remover consciencias.
Sara Carbonero desvela su dolor más profundo
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La dura confesión de Sara Carbonero en este lugar del mundo, sin duda alguna, habrá cambiado la forma de ver las cosas. Este viaje por una zona con la que colabora UNICEF se ha convertido en uno de los más duros de esta periodista que se ha tenido que enfrentar cara a cara con la pobreza más extrema.
Las redes sociales han servido para poder canalizar una serie de elementos que han acabado siendo los que han marcado un desplazamiento que sin duda alguna pone los pelos de punta. La otra cara de Sara Carbonero es igual de sincera y directa que la que vemos públicamente en su trabajo.
Tal y como explica en sus redes sociales: «Recuerdo especialmente a un señor de unos 70 años muy bien vestido que viajaba solo y apenas podía subir la escalera. También a una madre que venía con su bebé de pocos meses en brazos. A otro hombre que llegó con el tobillo completamente roto, cojeando. Recuerdo cada una de sus miradas. Qué difícil poner una sonrisa en esa situación y decirles: “tranquilos, aquí todo va a estar bien. Yo no fui capaz».
Este viaje es uno de los que Carbonero relata de forma ejemplar en sus redes sociales: «Las historias que allí pudimos escuchar de niños y padres que han hecho el viaje fueron tremendamente desgarradoras.
Tuvimos la suerte de estar con el personal de UNICEF, mención especial a Clara y Bladimir, que han estado ayudando a los niños y niñas en tránsito en el Darién y en Panamá desde 2018, cuando 522 niños, niñas y adolescentes cruzaron la selva tropical. Ese día las horas pasaron lentas, esperábamos un grupo de piraguas de migrantes para recibirlos y se retrasaron.
Quiero volver a incidir en que la ruta por el Darién se hace a pie y por eso es extremadamente dura y peligrosa. Las piraguas les recogen sólo para cruzar el río. En ese tiempo intentamos empaparnos y comprender mejor por qué es tan importante que existan estos lugares “alivio”, así los denominamos. Conocimos el cuarto de literas donde pasan la noche los niños que llegan solos, sin nadie. Que han perdido a su familia en la selva. Estuvimos con los habitantes mientras preparaban la fiesta del día siguiente donde iban a celebrar las costumbres típicas de su pueblo, Araceli me invitó a su cabaña para tatuarme con jagua, una fruta típica de allí, mientras su pequeña revoloteaba sobre las tablas de madera. Después, llegaron las piraguas. 5 en concreto. Esa imagen es de las que se te queda para siempre en la retina. Las personas llegaban extenuadas, algunas no eran capaces de responder ni del país del que venían. Caso aparte el de los niños, la mayoría saltaba y reía después de 10 días sin parar de caminar y llegando por fin a un sitio con vida».