Rocío Monasterio sobre su momento más difícil como empresaria: "He tenido que empezar de cero"

Rocío Monasterio, presidenta y portavoz del partido de Vox en la Comunidad de Madrid, se casó con Iván Espinosa de los Monteros el 15 de mayo de 2001. Desde entonces, ambos forman uno de los matrimonios más consolidados del ámbito político, pero lo cierto es que siempre han preferido tratar su intimidad bajo la máxima discreción, de cara a la esfera pública. Sin embargo, recién cumplidos sus 23 años como marido y mujer, la diputada de la Asamblea de Madrid ha dejado a un lado su eterno blindaje para confesar los altibajos de éxito y fracaso que ha vivido en el mundo empresarial junto a su marido.

«Ha habido veces que hemos tenido suerte y otras que no, porque ha habido empresas con las que nos ha ido mal y han quebrado, y hemos tenido que empezar de cero otra vez», comenzaba a decir la política en una de sus recientes entrevistas.

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Uno de los momentos más difíciles que vivieron de la mano de los negocios fue justo antes de casarse, cuando decidieron invertir en una empresa de Estados Unidos: «Nos dimos una bofetada importante. Fueron años complicados y nació la mayor de mis hijos», expresaba. En sus propias palabras, «acababan de quebrar, no tenían un duro y vivían en un cuchitril», pero pese a todo, Monasterio tiene clara la filosofía que aprendió: «Hay que hablar del fracaso, porque es importante saber levantarse y tirar para adelante. Hemos creado una mentalidad de victimismo y hay que remangarse y salir. Hay que tener el espíritu del emprendimiento, que tiene riesgos, pero también la posibilidad de tener éxito. Además, los españoles somos buenos en muchas materias y somos muy creativos», sentenciaba.

A lo largo de la entrevista que ha concedido para Diez Minutos, Rocío Monasterios también ha hablado sobre la posibilidad de retirarse de la política como hizo su marido, pero, a juzgar por sus últimas declaraciones, de momento es una decisión que no entre en sus planes más cercanos: «Acabo de cumplir cincuenta años y pienso que algún día me retiraré, pero hasta entonces, sé que tengo muchas cosas por hacer. Soy una mujer muy inquieta», manifestaba.

Y es que la madrileña también ha confesado estar completamente llena con su trabajo. De hecho, incluso cuando sale por las noches, aprovecha para hablar y conocer los problemas de la gente: «El trabajo de un político es más de escuchar que de hablar. Sigo en contacto con gente que trabaja en las obras y me voy a los polígonos a comer con ellos», aseguraba.

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Su faceta más familiar

Pese a tener una agenda repleta de compromisos profesionales, Rocío ha confesado que su familia es «un pilar fundamental» en su vida. Tanto es así, que considera que tiene una gran suerte de poder contar con su constante cariño: «Si tú tienes las espaldas cubiertas por la gente que te quiere y quieres, llegas donde quieras en el mundo», comentaba en el medio citado.