20 AÑOS DE SU MUERTE

Los grandes momentos de ‘Papuchi’: del ‘raro, raro’ a su polémica confesión sobre el preservativo

Se cumplen 20 años de la muerte de Julio Iglesias Puga, conocido como 'Papuchi'

'Papuchi' fue un ginecólogo brillante y padre del famoso cantante Julio Iglesias

Sus frases icónicas como "raro, raro, raro" o "Ponme guapo" se volvieron legendarias

Julio Iglesias junto a su padre, 'Papuchi'. (Foto: Gtres)
Julio Iglesias junto a su padre, 'Papuchi'. (Foto: Gtres)

Hoy se cumplen 20 años de la muerte de Julio Iglesias Puga, conocido popularmente como Papuchi, un personaje que trascendió más allá de su prestigio como ginecólogo y padre de Julio Iglesias para convertirse en una de las figuras más entrañables de la crónica social española de los años 90. Con una mezcla de simpatía, descaro y educación, Papuchi dejó memorables momentos frente a la prensa que todavía se recuerdan con cariño y asombro, y que hoy, dos décadas después, siguen siendo un reflejo de su personalidad irrepetible.

Nacido en Orense en 1915, Julio Iglesias Puga fue un hombre brillante, pionero en la Medicina española, que desde muy joven defendió la introducción del parto sin dolor y dirigió importantes áreas de la maternidad de la calle O’Donnell de Madrid. Su carrera profesional fue impecable, pero la fama mediática le llegó de manera inesperada: primero por ser el padre de Julio Iglesias, y luego por su carácter extrovertido y su facilidad para las anécdotas. Según recuerdan los periodistas que trabajaron con él, Papuchi siempre hablaba con la prensa, y si algún día no quería, lo hacía saber con un elegante «Luego te veo», dejando claro que el respeto mutuo podía coexistir con su sentido del humor.

Julio Iglesias Puga durante unas vacaciones. (Foto: Gtres)

Julio Iglesias Puga durante unas vacaciones. (Foto: Gtres)

Su relación con los medios estuvo marcada por una naturalidad que hoy resulta legendaria. En ocasiones piropeaba a los periodistas con su particular ingenio: cuando le preguntaban por la belleza de su hijo Julio, respondía sin pelos en la lengua: «Es un chalao». Cuando le cuestionaban sobre la vida amorosa de Enrique Iglesias, en pleno año 2000, soltó sin rodeos: «Ni puñetera idea. No creo que se case Enrique. De novias, todas, pero casarse no. Es tan mujeriego como el papaito». Incluso frases sencillas como «Sácame guapo» o su icónico «raro, raro, raro» se convirtieron en auténticos momentos de culto, reproducidos en revistas, programas de televisión y posteriormente en memes de la cultura popular.

Entre los episodios más impactantes de su vida estuvo su secuestro a manos de ETA en diciembre de 1981. Durante 20 días, España estuvo pendiente del paradero de Papuchi. Cuando finalmente fue liberado, sentado en la cama tras el rescate, su primera reacción fue un humor seco y característico: «Joder, lo que habéis tardado», dijo a los agentes que lo encontraron. Su actitud durante y después del secuestro mostró una mezcla de valentía, humor y templanza que sorprendió a todos. Este episodio no solo marcó su vida, sino que también solidificó su presencia mediática, convirtiéndolo en un personaje que la prensa no podía ignorar.

Julio Iglesias junto a su padre, 'Papuchi'. (Foto: Gtres)

Julio Iglesias junto a su padre, ‘Papuchi’. (Foto: Gtres)

Pero Papuchi no solo fue noticia por situaciones dramáticas o polémicas. También brilló con su estilo desenfadado y su honestidad brutal sobre la vida y el amor. A los 88 años, fue cuestionado sobre el secreto de su paternidad y la vida en pareja, y su respuesta, tan directa como polémica, fue: «La infidelidad es importante. Si una mujer quiere a su marido y él es infiel, que sepa que luego cuando vuelve a casa hace mejor el amor. Hoy día se congelan las cosas». Nunca ocultó su forma de vivir ni su humor; incluso confesó a los periodistas: «Nunca he usado preservativo». Este tipo de declaraciones lo convirtieron en un personaje imprevisible y fascinante para la prensa.

Su vida personal también fue protagonista de las portadas. Tras divorciarse de su primera esposa, Charo de la Cueva, y después de varias relaciones, Papuchi vivió un romance que sería recordado por su diferencia de edad y su discreción: con Ronna Keitt, una modelo estadounidense 47 años menor que él, se enamoró a finales de los 80. Su relación, que comenzó con un flechazo en el Paseo de La Habana de Madrid, estuvo marcada por la naturalidad con la que ambos manejaron su relación ante los medios. Se casaron en secreto en 2001 en Florida, y su matrimonio dio lugar al nacimiento de dos hijos: Jaime Nathaniel y Ruth Ann, aunque Papuchi falleció antes de conocer a su hija menor.

Julio Iglesias Puga y Ronna Keit. (Foto: Gtres)

Julio Iglesias Puga y Ronna Keit. (Foto: Gtres)

Además de su simpatía y su estilo inimitable, Papuchi dejó un legado de cercanía con la prensa que hoy resulta casi imposible de reproducir. Era capaz de reírse de sí mismo, bromear sobre los hijos y nietos, y responder con ingenio incluso sobre temas incómodos. Sabía cuándo ser cómplice y cuándo mantener la distancia, y nunca perdía la educación, incluso cuando su humor rozaba lo irreverente. Así, se convirtió en un personaje querido y respetado, no solo por su prestigio profesional o su parentesco con Julio Iglesias, sino por esa capacidad de hacer de cualquier encuentro con los medios un momento memorable. Veinte años después de su muerte, recordar a Julio Iglesias Puga es revivir sus momentos icónicos frente a las cámaras, sus respuestas ingeniosas y su sentido del humor, que le permitieron ganarse un lugar propio en la memoria colectiva. Papuchi no fue solo el padre de un ídolo internacional; fue un hombre que convirtió cada aparición mediática en un espectáculo de simpatía, inteligencia y ternura.

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