Mayte Zaldívar descubre quién se ha quedado con el Rolex de 100.000 euros de Julián Muñoz
Mayte Zaldívar y su hija Elia han dado una entrevista en el plató de '¡De Viernes!'
Isabel Pantoja se quedó con el reloj más valioso de la colección de Julián Muñoz

Julián Muñoz falleció hace un año, exactamente el 24 de septiembre de 2024, y ha pasado el tiempo suficiente como para que su familia responda a ciertas preguntas. De esta forma, Mayte Zaldívar y su hija Elia se han sentado en el plató de ¡De Viernes! dispuestas a dar los detalles sobre la herencia del ex alcalde de Marbella. Sin embargo, hay una información que ha roto sus esquemas y nosotros tenemos todos los detalles.
En un momento determinado de la entrevista, Santiago Acosta le ha explicado a Mayte Zaldívar que el programa ha descubierto quién tiene el Rolex de Julián Muñoz. Estamos hablando de una joya valorada en 100.000 euros que el ex alcalde de Marbella se quitó antes de entrar en prisión. Fue entonces cuando se la entregó a Isabel Pantoja, quien a su vez se la dio a su hermano Agustín. Desde ese instante, el tío de Kiko Rivera tiene en su poder una pieza que formaba parte de la colección privada de Muñoz.
¡Sorpresa absoluta! Descubrimos quien tiene a día de hoy el famoso Rolex de Julián Muñoz.
Su hija Elia y Mayte Zaldívar se han quedado atónitas.
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Mayte Zaldívar siempre ha defendido que Isabel Pantoja, según su punto de vista, se aprovechó de Julián Muñoz porque durante un tiempo fue un hombre poderoso. Asegura que jamás perdonará a la cantante e insinúa que maneja mucha información que escandalizaría al público. No obstante, han pasado muchos años y ahora se encuentra en otro momento, aunque sigue indignándose cuando descubre ciertos secretos. Por ejemplo, no sabía que Agustín Pantoja lleva puesto el Rolex de Julián Muñoz y el gesto que ha hecho con su cara ha confirmado su descontento.
La herencia de Julián Muñoz
La historia de Julián Muñoz en el ayuntamiento de Marbella marcó un antes y un después en la crónica social y desmontó una trama de corrupción que todavía sigue generando curiosidad. Por eso, cuando falleció muchos se preguntaron lo que había pasado con su herencia, con ese dinero que, según dictaminó la justicia, no le pertenecía. Mayte Zaldívar y su hija han explicado que renunciaron a todo porque había más problemas que otra cosa.
Julián Muñoz en una entrevista póstuma. (Foto: Telecinco)
Por otro lado, la empresaria admite sin pudor que está cobrando una pensión por ser la viuda de Julián Muñoz, pues se casaron meses antes de su fallecimiento. «Igual que estuve en la cárcel porque así lo consideró la justicia, ahora cobro la pensión de viudedad porque soy su viuda, ¿qué esperas, que la rechace? Si te pertenece, te pertenece», ha declarado en ¡De Viernes!. No obstante, promete que no contrajo matrimonio con Julián por nada que estuviera relacionado con la economía familiar. «¿Tú crees que por una pensión me voy a casar? Si con una exclusiva habría vivido el resto de mi vida», declara al respecto.
Zaldívar quiere que todo el mundo sepa que su marido no les ha dejado ninguna fortuna, de hecho, en sus últimos años, siguiendo su discurso, tuvo que enfrentarse a muchos problemas económicos. «Llevábamos unos años con la ayuda de mis yernos, mis hijas, y yo aporté lo que pude porque él no tenía dinero. Vivía con mis hijas, tenía todo embargado», responde cuando le preguntan por el patrimonio que consiguió amasar Muñoz.
Elia Muñoz: «Una herida abierta»


Elia Muñoz y Mayte Zaldívar en ‘¡De Viernes!’. (Foto: Telecinco)
Elia ha desvelado cómo se despidió de su padre y ha explicado por qué siente que todavía debe sanar muchos golpes emocionales. «Hay todavía una herida abierta que con el tiempo se irá sanando, me faltaron un millón de días con mi padre. Los últimos días no fueron fáciles porque, aunque él estaba tranquilo, también estaba siendo consciente de que se estaba yendo», empieza diciendo.
Y, antes de cerrar su entrevista, añade: «Antes de irse me pidió muchas veces perdón de nuevo, pero yo ya no tenía nada que perdonarle. Él tenía muchísimo miedo a morirse y también al dolor, él me lo contaba y yo no quería mentirle, teníamos conversaciones muy profundas y muy dolorosas pero necesarias, porque yo no quería que él se marchara con miedo».