Kiko Rivera se sincera entre lágrimas: “Tengo el demonio en el hombro”
Si algo caracteriza a Kiko Rivera, es su sinceridad. Siempre que aparece públicamente, el hijo de Isabel Pantoja hace gala de su sencillez y no tienen ningún reparo a la hora de contar su historia tal y como es. Esto es lo que ocurrió durante la pasada noche en Planeta Calleja, programa en el que el DJ viajó a Nepal junto a Jesús Calleja para disfrutar de una serie de aventuras memorables y donde pudo expresarse sin ningún pudor.
El presentador y el cantante comenzaron su recorrido por el país asiático en Katmandú, visitando el Templo de los Monos para después practicar rafting en el río Trisuli. Un momento que el hijo de Paquirri guardará en su retina para la eternidad, pese a haber sufrido algún que otro contratiempo como una caída de la lancha en los rápidos. Además, Calleja aprovechó la ocasión para que su invitado pudiera montar por primera vez en elefante y darse un divertidísimo baño junto al animal. Una experiencia que el propio intérprete calificó como “lo más impresionante” que había hecho en su vida.
Kiko Rivera en Nepal / Telecinco
La relación con su madre
Llegaba el momento de las confesiones. Aunque el programa fue grabado hace meses, la guerra entre el cantante y su madre ya estaba viviendo su máximo apogeo y Kiko así se lo hizo saber a Jesús cada vez que éste se interesaba por alguna cuestión de su vida personal. El marido de Irene Rosales relató cómo había sido su último año desde que se enteró de que su madre le había ocultado datos sobre la herencia de su padre. Un momento que causó un cisma en una relación maternofilial que parecía ser irrompible: “Ser madre no es solo parir, porque parir puede cualquiera, pero ser madre no”, contestaba muy tajante el sevillano.
No obstante, Kiko aseguraba que pese a todo lo ocurrido aún tenía sentimientos positivos hacia su madre: “Sigo amando a mi madre, era mi ejemplo a seguir y tengo que asimilar todo lo que está pasando. No soy el hijo perfecto, pero jamás he tenido una palabra hacia ella, hasta que por mis propios ojos vi que la que no me respetaba era ella”. No cabe duda de que la enemistad entre ambos fue realmente dolorosa para el DJ, que se mostró más sincero que nunca al desvelar que sufrió una recaída por su conflicto con la tonadillera: “Me refugié en la cocaína, nuevamente. Al final somos débiles y la droga destroza al débil. Yo he sido drogadicto. Empecé a consumir con 17 ó 18 años y he tenido épocas que he llegado a consumir hasta 4 y 5 gramos de cocaína al día. A día de hoy estoy bien aunque tengo el demonio en el hombro”, sentenció. Aún así, está intentando por todos los medios que ese “demonio” no se salga con la suya para proteger a su familia: “Es algo que mis hijas no pueden ver y menos de su padre”.
Kiko Rivera y Jesús Calleja en Nepal / Telecinco
La situación económica
Como ha ocurrido prácticamente en todos los sectores, la pandemia hizo que apenas se pudieran generar ingresos. Un momento en el que Kiko Rivera se arrepintió de haber “derrochado” la fortuna que ganó en un pasado y de la que poco a poco se está recomponiendo a base de trabajo y esfuerzo: “Ahora me va bien. Hago entre 80 y 100 bolos al año y gano entre 4.000 y 7.000 euros, depende. Pero no siempre me ha ido bien. Me he arruinado dos veces en la vida. A los 22 estaba arruinado y después me volví a arruinar”, confesaba. Sin pelos en la lengua, el hermano de Cayetano y Fran Rivera destapaba cuál había sido la cantidad de dinero que había ganado y en qué la había despilfarrado en su juventud: “Habré ganado en mi vida entre 7 u 8 millones de euros, pero tenía 10 coches en mi casa, barco, moto acuática… Llegué a cobrar hasta 25.000 euros por dos horas de fotos y he llegado a salir del bolo sin pasta. Invitaba a todo lo que te puedas imaginar a mis amigos. Aviones, hoteles, comida, fiesta… Todo lo derrochaba. Luego cambié y me quité de las malas amistades”, concluía.