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Ni mucho menos es necesario a estas alturas descubrir la historia de amor de Julián Muñoz e Isabel Pantoja. Un romance convertido en «adicción» -según palabras del primero – que empezó como un ciclón y acabó en cisma con las rejas como penitencia. Una historia que arranca en 2003 y de la que se creía todo contado pero que tiene mucho que exprimir todavía. Será uno de los puntos calientes de No es la hora de la venganza, es la hora de la verdad, la docuserie con la que el exedil de Marbella se libera definitivamente y espera cerrar el círculo Malaya por y para siempre. La ardiente pasión cruzó sus caminos hace casi dos décadas pero los dos siguen teniendo un fino hilo que les une.
Julián Muñoz en la promo de la entrevista / Telecinco
No dudaron en vivir su romance con la intensidad de dos adolescentes que se enamoran a primera vista. Contra todo y contra todos, Pantoja y el antaño conocido como Cachuli se dieron la mano sin miedo a una caída que se produjo unos años después. Algo se rompió el 19 de julio de 2006 cuando la Policía Nacional se personó en Mi Gitana para arrestar a Julián Muñoz por un delito de cohecho y malversación de caudales públicos. Aún podía ser peor porque la triste medianoche del 2 de mayo de 2007 era la tonadillera quien se sentaba en el coche patrulla rumbo a dependencias policiales. El juez Miguel Ángel Torres rastreó sus movimientos bancarios porque sospechaba que estaba colaborando con su pareja, algo que negaría ella misma en octubre de 2012 al asegurar que ·»era yo quien le mantenía a él». Pidió tiempo para arreglarse y salió con gafas de sol de la finca ubicada en la urbanización La Pera. Diva para lo bueno y para lo malo. Sea como fuere, la cárcel fue ineludible para ambos y el fuego fatuo, que cantaría la otra gran reina de la copla española, hacía acto de presencia. Su historia finalizó en el tiempo que transcurrió desde que Muñoz entró en prisión hasta que lo hizo la artista, quien dejó de ir a verlo progresivamente. La cárcel fue el peaje por su mala praxis. Quién les iba a decir que sería otro denominador común.
Isabel Pantoja, entrando a la cárcel. / Gtres
Puestos a demostrar los paralelismos entre ellos encontramos otro: la familia. Tanto uno como otro saben lo que es vivir en primera persona terremotos con su gente. Julián Muñoz originó el seísmo cuando se enamoró de Isabel Pantoja y dejó atrás a su mujer e hijas. Por su parte, ella lo vive actualmente tras ver cómo la relación con su hijo Kiko Rivera se iba al traste, y lo que es peor, sin esperanzas ni voluntad aparente de recuperarla.
Duele perder a quien más quieres. Que se lo digan a la intérprete de Así fue, cuando vio morir a su madre el pasado mes de septiembre. Doña Ana se fue dejándola huérfana y lo que es peor, un vacío en su ser incapaz de llenar. En el caso del exalcalde, recientemente ha saboreado una de las caras más amargas de la vida con el diagnóstico de cáncer a su hija Elia. Un duro golpe.
Isabel Pantoja en un programa / Gtres
Superada la oscura etapa de la cárcel y demás vicisitudes, los dos experimentaron un renacer cuál ave fénix que en el caso de Pantoja llegó antes. Isabel se refugió en su música antes de dar un salto mediático importante. Firmó un jugoso contrato con Mediaset para participar en programas como Supervivientes, Idol Kids y Top Star. De todas sus apariciones, la más destacada fue en Honduras. Ahora mismo, ese vínculo está en el aire, tal y como se demuestra en que la tonadillera no aparece en la última edición del talent infantil. Se le quedó una asignatura pendiente: realizar un documental al más puro estilo Rocío Carrasco, pero las conversaciones no llegaron a buen puerto. Para Julián, su docuserie es el primer gran proyecto televisivo, con Paloma García-Pelayo como testigo directo de sus confesiones más íntimas.
Han pasado más de 18 años desde que los dos protagonistas se enamoraran, pero hoy en día aún les une el rencor, por más que no sea la hora de la venganza sino la hora de contar la verdad. Una verdad que la artista aguarda con verdadero pánico y que conduce las vidas paralelas de Julián Muñoz e Isabel Pantoja.