Irene Rosales habla claro: las infidelidades y adicciones que marcaron su matrimonio con Kiko Rivera
Irene Rosales explicó que su ruptura con Kiko Rivera fue mutua y motivada por la falta de felicidad como pareja
Reveló que lo más complicado fue comunicar la separación a sus hijas y afrontar los problemas de adicción de Kiko
Confirmó que ha iniciado un nuevo romance, asegurando que surge después de cerrar su ciclo con Kiko
						
Irene Rosales ha vuelto a los platós de televisión para abrirse en canal tras su ruptura con Kiko Rivera, poniendo fin a once años de relación y la convivencia con dos hijas en común, Ana y Carlota. La sevillana, visiblemente serena, ha relatado cómo esta decisión, aunque dolorosa, fue tomada de mutuo acuerdo y con el objetivo de priorizar la felicidad de ambos y, sobre todo, la de sus hijas. En su entrevista en Y ahora Sonsoles, Rosales ha insistido en que su matrimonio no terminó por infidelidades ni escándalos: «Nunca le fui infiel. Nuestra relación se rompió porque yo fui más madre que esposa». La ex concursante de GH DÚO ha explicado que con el tiempo percibió que ya no había amor romántico suficiente para sostener la pareja y que ambos necesitaban buscar la felicidad por separado, aunque seguirían unidos como familia.
Rosales ha recordado con emoción cómo conoció a Kiko Rivera, en un momento complicado de su vida: «Cuando le conocí, yo tenía 22 años y era prácticamente una niña. Él estaba atravesando problemas con Hacienda y con su familia, y aun así luchamos juntos por nuestra relación». La ex colaboradora de televisión ha destacado que su vínculo comenzó con una amistad y evolucionó lentamente, lo que hizo que su amor fuera profundo y duradero, aunque con altibajos inevitables. A lo largo de la entrevista, ha hecho hincapié en que los problemas de adicción de Kiko fueron un desafío para ambos, y que en varias ocasiones tuvo que intervenir para que buscara ayuda, incluyendo una conversación con Isabel Pantoja. Sin embargo, Rosales ha dejado claro que no guarda resentimientos y que se siente orgullosa del proceso de recuperación de su ex marido.

Irene Rosales en ‘Y ahora Sonsoles’. (Foto: Antena 3)
La comunicadora no ha ocultado el impacto emocional que tuvo en ella contarles a sus hijas sobre la ruptura. «El peor día fue decírselo a Ana y Carlota. Lo hicimos rápido, a los tres días de tomar la decisión. Ellas lo entendieron, pero para mí fue muy duro porque me quedaba a cargo de ellas», ha explicado. Para Irene, el mayor error en su relación fue anteponer la felicidad de los demás a la suya propia, llegando a convertirse en cuidadora de Kiko en detrimento de su propia vida. Este papel, según confiesa, le pasó factura emocional y la llevó a reflexionar sobre la necesidad de priorizar su bienestar.
Sobre los rumores de infidelidad y su nueva vida sentimental, Irene ha sido tajante: «Mi matrimonio con Kiko terminó y mi amistad con Guillermo, un empresario sevillano, surgió después. Nunca ha tenido nada que ver con la separación. Estamos conociéndonos, él me cuida muy bien y estoy enamorada, pero no hay compromisos». Con esta declaración, Rosales cierra la puerta a especulaciones sobre traiciones y deja claro que su actual relación es un nuevo comienzo basado en el respeto y la ilusión.




Irene Rosales en ‘Y ahora Sonsoles’. (Foto: Antena 3)
Irene también aprovechó la entrevista para explicar que su ruptura no fue fruto de un único motivo dramático, sino de un proceso de desgaste natural en el que la pareja dejó de sentirse como tal: «Nos dimos cuenta de que éramos familia, pero no éramos pareja. Él notó mi distanciamiento después de las vacaciones de verano y nos sentamos a hablar; ambos vimos que necesitábamos ser felices por separado». La colaboradora destacó que esta decisión fue fruto de la madurez y de la capacidad de ambos para afrontar la realidad con honestidad, sin dramatismos innecesarios.
Finalmente, Rosales ha asegurado que se encuentra bien y en paz consigo misma: «He pasado cosas peores en la vida y esto no me va a hundir. Ahora pienso en mí, y si yo estoy bien, mis hijas no van a faltar de nada». La entrevista completa refleja a una mujer fuerte, consciente de sus decisiones y capaz de abrirse al amor nuevamente sin olvidar sus responsabilidades como madre, dejando claro que su prioridad seguirá siendo la felicidad y bienestar de su familia, mientras inicia un nuevo capítulo de su vida personal.