Descubrimos la historia familiar que une a los hermanos Rivera con la tradicional corrida goyesca
Figuras como Orson Wells y Ernest Hemingway se deleitaron con la corrida Goyesca
La plaza de toros de Ronda está íntimamente ligada a la familia Rivera Ordóñez
La Goyesca es esa cita a la que todo torero quiere acudir alguna vez a lo largo de su trayectoria, un regalo, una tarde especial, una oportunidad de brillar, de lucirse y de disfrutar de su profesión. La Plaza de Toros de Ronda alberga la gloria desde que, en el siglo XVIII, cuando se construyó, Pedro Romero hizo de ella su casa y desde allí llevó a la cumbre la profesión del toreo. Poco podía imaginar entonces que dos siglos más tarde, ese mismo ruedo se convertiría en el escenario de los momentos clave de una de las familias de toreros más reconocidas de nuestro país, los Rivera Ordóñez.
Hoy en día Ronda y los Ordóñez son todo uno. Ya en el siglo XX Cayetano Ordoñez y su hijo Antonio, quien años después se convertiría en un referente de la profesión, se hicieron cargo de la plaza y su manera de entender la profesión y de enfrentarse al toro hizo que Ronda, un municipio recóndito de la provincia de Málaga, recibiera a personajes tan ilustres como Orson Wells y Ernest Hemingway.
Orson Welles junto a Antonio Ordóñez en la corrida Goyesca de Ronda en 1964 / Gtres
En 1954 Cayetano Ordóñez, conocido como ‘El niño de la Palma’, creó la mundialmente conocida corrida Goyesca, una tarde de toros en la que el entorno, la vestimenta y el espíritu trasladan a los asistentes a la época de Goya. Ahora, casi 65 años después, esta cita del mes de septiembre sigue marcando año tras año momentos especiales de la familia Rivera.
El año 1973 fue clave en la historia de la plaza, los Ordóñez y los Rivera se encontraban por primera vez en los ruedos. Fue la primera Goyesca de un joven Paquirri que había tomado la alternativa en 1966 y se midió con Antonio Ordóñez, el considerado maestro de Ronda, que ese mismo año se había convertido en su suegro. El 16 de febrero contrajo matrimonio con su hija Carmen y de aquella unión nacieron Francisco y Cayetano, los hermanos Rivera.
Se criaron y crecieron jugando entre sus 136 columnas y sus 68 imponentes arcos admirando a su abuelo Antonio, que fue el gran impulsor de esta tradición, y viendo cómo, año tras año, su madre, Carmen, y su tía, Belén, se esmeraban en vestirse de goyescas para esa tarde tan especial a la que nunca faltaban.
Francisco Rivera, de la mano de su padre Paquirri, y Cayetano Rivera, de la mano de su abuelo Antonio Ordónez en la Corrida Goyesca de Ronda de 1980 / Gtres
En 1980 fue la última corrida en activo de Antonio Ordoñez, entonces ya se había convertido en empresario de la plaza y se esforzó mucho los años siguientes por cerrar los mejores carteles de la temporada. La idea era que esa tarde fuera una tarde con matadores de lujo y así, año tras año, hasta 1998, cuando falleció, fue poniendo el listón cada vez más alto.
Su nieto, Francisco Rivera, Paquirri, fue su natural sucesor, así lo decidió la Real Maestranza de Ronda, propietaria del coso. Sin duda, alguien que había aprendido la profesión bajo la tutela del creador sería quien mejor mantendría el espíritu original de una tradición que es, por paradójico que parezca, tan pública como íntima.
Con el cambio de siglo, Francisco empezó a ejercer como empresario y su primer toro en la plaza se lo brindó, entre lágrimas, a su abuelo, un momento inolvidable en su historia familiar. Aprendió de él a esforzarse en cerrar carteles de categoría y a no dejar pasar esa cita tan especial sin torear. Este año, será el primero en que verá los toros desde la barrera, en 2017 se cortó la coleta, y ahora su único cometido es el de supervisar como empresario la tarde más especial del año y disfrutarla junto a los suyos, porque ya se ha convertido en una reunión familiar.
Francisco Rivera da la vuelta al ruedo en la Corrida de Ronda de 2004 (50º aniversario) con su hija Cayetana vestida de goyesca en brazos / Gtres
Los Rivera han vivido grandes momentos familiares sobre esa arena; Francisco inició allí su carrera como torero en 1991, en un festejo sin picadores, y hoy tan solo su abuelo le supera en número de goyescas toreadas. Allí dio la vuelta al ruedo con su hija Cayetana en brazos, la que años después se vistió de Goyesca. También vimos caracterizada a la mismísima duquesa de Alba y a la que fue su mujer, Eugenia Martínez de Irujo.
También para Cayetano es especial, allí tomo la alternativa en 2006 de la mano de su hermano y es casi la única ocasión al año en la que su mujer, Eva González, acude al tendido para verle torear. Este año, además, será su primera goyesca como padre y probablemente allí esté su hijo, empezando desde muy pequeño a conocer una parte muy importante de la historia de su familia.
Cayetano Rivera tomó la alternativa en la Corrida Goyesca de Ronda de 2006 / Gtres
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