Alfonso Díez recuerda a la duquesa de Alba a su llegada a Sevilla para el ‘sí, quiero’ de Cayetano
Alfonso Díez, viudo de la duquesa de Alba, ha llegado a Sevilla para asistir a la boda de Cayetano Martínez de Irujo
Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan se casan el 4 de octubre en la iglesia del Cristo de los Gitanos
El enlace reunirá a unos 300 invitados y continuará en la finca familiar de Las Arroyuelas en Carmona


A pocos días para que Cayetano Martínez de Irujo se dé el sí, quiero con Bárbara Mirjan, Sevilla se prepara para acoger una de las bodas más esperadas del año. La ceremonia religiosa tendrá lugar el próximo 4 de octubre en la iglesia del Cristo de los Gitanos, un lugar muy especial para la familia Fitz-James Stuart, ya que allí reposan parte de las cenizas de la madre del novio, la difunta duquesa de Alba, fallecida en 2014. Aunque Doña Cayetana no podrá estar presente, su espíritu y recuerdo acompañarán a la pareja durante todo el enlace, mientras que la hija del novio, Amina, fruto de su primer matrimonio con Genoveva Casanova, tendrá un papel destacado en la ceremonia.
En este contexto, Alfonso Díez, viudo de la duquesa de Alba, ha llegado a la capital hispalense para disfrutar de la ciudad y prepararse para el gran día. Díez ha mantenido a lo largo de los años una relación cercana con la familia de Alba, especialmente con los hijos de Doña Cayetana, y ha sido invitado a todos los eventos relevantes de la familia desde el fallecimiento de la duquesa. A sus 79 años, Alfonso ha mostrado una vez más el cariño que le une a Cayetano y al resto de la familia. En declaraciones a los medios, el viudo ha confirmado con claridad que su vínculo con ellos «no es una amistad, es un cariño especial. Son palabras mayores», dejando patente que, pese a la distancia que puede imponer el tiempo, la relación sigue siendo fuerte y afectuosa.
Alfonso Díez en Sevilla. (Foto: Gtres)
Durante su encuentro con la prensa, Alfonso también ha expresado su afecto por la memoria de su difunta esposa. Visiblemente emocionado, ha asentido con la cabeza al ser preguntado si la tenía muy presente, dejando claro que su recuerdo permanece en su pensamiento cada día. Este gesto refleja la profundidad de los lazos que mantiene con la familia de Alba y la importancia que sigue teniendo en su vida el legado de Cayetana de Alma. Además, el viudo ha confirmado que ha podido hablar con Fernando Martínez de Irujo, quien recientemente dio a conocer que padece cáncer, asegurando que se encuentra mejor.
El enlace entre Cayetano y Bárbara se celebrará después de casi diez años de relación y reunirá a cerca de 300 invitados, entre los que se esperan numerosos rostros conocidos tanto del ámbito social como del círculo íntimo de la familia Alba. La boda continuará con un banquete en la finca familiar de Las Arroyuelas, una propiedad de 1.480 hectáreas en Carmona, donde se espera que la celebración sea tan elegante como discreta. Entre los invitados confirmados se encuentran personalidades como Emilio Butragueño, Carmen Lomana y varios miembros de la familia del novio, aunque su hermano Jacobo Fitz-James Stuart no podrá asistir por motivos profesionales, según confirmó él mismo en una carta enviada al Palacio de Liria.


Alfonso Díez en Sevilla. (Foto: Gtres)
Jacobo Firz-James Stuart, el gran ausente
La boda de Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan en Sevilla promete ser uno de los acontecimientos sociales de la temporada, pero ya se sabe que no contará con la presencia de Jacobo Fitz-James Stuart, cuya ausencia será la más comentada. Aunque estaban invitados los cinco hermanos de Cayetano, Jacobo y su mujer, Inka Martín, han comunicado mediante carta al palacio de Liria que no podrán asistir, alegando compromisos profesionales y personales: el vigésimo aniversario de su editorial Atalanta, la celebración del premio Aglay de su esposa y un viaje previsto a Inglaterra relacionado con proyectos internacionales. Para la familia, este día representa la posibilidad de reconciliación tras años de desencuentros, y la falta de Jacobo añade un matiz de tensión y expectativa a la ceremonia que aún está por celebrarse.