Un infierno en el autobús

Coger un autobús para poder presenciar en directo una medalla de España es algo similar a ubicarte en la parrilla de salida del Gran Premio de Silverstone de Fórmula 1. Un aluvión de buses situados al lado del centro de la prensa para desplazar a los periodistas por todas las ramas de Tokio y sus zonas limítrofes. Después de lo vivido en el último día de competición, por vivir una medalla española in situ, todo lo que haga falta.

Nuestro objetivo en el día de hoy es llegar al canal de Kasai, donde Maialen Chourraut apunta a una medalla en piragüismo en la modalidad de eslalon. Para llegar allí, primero tendremos que llegar con éxito al espacio después de superar lo que los periodistas hemos denominado como el cruce de la muerte. Una vez en el sitio, vemos a la española ganar la plata. Nuestra primera medalla presencial. En la primera jornada la plata de Adriana Cerezo nos pilló volviendo de la prueba de ciclismo en ruta y la carrera de David Valero fue a la única que no fuimos de cinco deportes distintos que visitamos. Así que la buena de Maialen acaba con nuestro gafe. Muchas gracias. Y también gracias por enseñarnos tu presea para los lectores de OKDIARIO.

Una vez plantada nuestra particular bandera de la medalla, cuál soldado americano en Berlín. Nos toca vivir el infierno diario hasta regresar a nuestro hotel. Primero recorremos una mar de kilómetros hasta llegar al centro de prensa, y de ahí tenemos que seleccionar otro bus que nos lleve al catre. Eso sí, esto es como la M-30, aquí si eliges un mal desvío tienes que retroceder kilómetros. Por fortuna, ya gracias a nuestro sentido de la orientación producto de un pasado de boy scout, llegamos a nuestro hotel listos para descansar y seguir contando medallas. Hasta otro Wasabi, OKamigos.