Las últimas excavaciones en el Alcázar de Sevilla: Un vistazo a la historia oculta

El Real Alcázar de Sevilla esconde entre sus rincones y muros un rico patrimonio arqueológico que los investigadores han ido descubriendo en los últimos años. Anteriormente, se tenía la creencia de que el palacio antiguo tenía una función funeraria, pero tras las últimas excavaciones en el Alcázar de Sevilla, los expertos demostraron que en realidad se trataba de un complejo palatino con función recreativa.

Un palacio almohade en el Real Alcázar de Sevilla

En lo más profundo del subsuelo del Real Alcázar de Sevilla, los expertos han encontrado todo tipo de hallazgos misteriosos. Uno de los más fascinantes es el que sobrevolaba al Cenador de Carlos V, pues ha sido considerado “una obra maestra del siglo XVI”. Este pabellón enclavado en los jardines del Alcázar era toda una incógnita, pues los investigadores solían pensar que era una reconversión de alguna tumba funeraria.

No obstante, tras 20 días de arduo trabajo en dos catas arqueológicas, un equipo de expertos ha descubierto la construcción renacentista se asienta realmente sobre un antiguo palacio almohade de función recreativa. La investigación, dirigida por el profesor Miguel Ángel Tabales, se encuentra dentro de la primera fase, la cual servirá para seguir profundizando en los estudios de los espacios permitidos.

Este gran descubrimiento permitió a los investigadores completar el rompecabezas sobre la historia oculta en este lugar, de la cual sólo se tenía información a partir del siglo XVI. El hallazgo del palacio almohade desveló todo un mundo de recreación secreto que ayudó a los investigadores a comprender que las huertas estaban regularizadas y destinadas a muchas funciones, entre ellas también la del ocio y el disfrute.

De una tumba a un gran palacio de recreo

Los expertos ya habían constatado que el Cenador de Carlos V, construido en el siglo XVI, está asentado sobre un antiguo edificio “plenamente almohade”, que se remonta a finales del siglo XII y principios del XIII. Lo novedoso de este hallazgo es que el complejo palatino no estaba destinado para uso funerario, sino que tenía una función lúdica de recreación, al menos según se pudo observar en su apariencia externa.

La razón por la que los investigadores están convencidos sobre la existencia de este palacio de recreo almohade, se debe a que el Cenador actual está rodeado perimetralmente por varias estancias “con sus propios enlucidos y compartimentaciones”. Incluso se halló una letrina en una de las catas arqueológicas.

Además, se descubrió en las últimas excavaciones que el palacio original tenía cuatro arcos que se utilizaban de entrada en cada uno de los frentes, en comparación la única entrada del pabellón actual. Esto permitió descartar por completo de que el edificio se trataba un sepulcro de los antiguos reyes musulmanes.

Un monumento único en el mundo

Los nuevos hallazgos no sólo sirvieron para desmontar la teoría de la tumba, sino también para conferirle un mayor valor que ya de por sí entrañaba el Cenador de Carlos V, el cual, según Tabales, es “una obra maestra del siglo XVI”. Para el arqueólogo se trata de un monumento único en el mundo, pues no existe en Granada, en Marrakech, ni en ningún otro lugar una “qubba” (estructura arquitectónica con base cuadrada y cúpula) que esté rodeada de otra edificación similar y de estancias nobles alrededor.

Este proyecto arqueológico de restauración también implica una posible intervención en el interior del pabellón, donde se encuentra uno de los pavimentos más fascinantes del Renacimiento español, según Tabales. Por esta razón, los investigadores esperan reunir más información en las próximas excavaciones, aprovechando la intervención para sanear la fuente.

Si bien en los últimos años se ha descubierto mucho más sobre los misterios del Alcázar de Sevilla de lo que se sabía anteriormente, este tipo de intervenciones permite que, poco a poco, se conozca más sobre la historia de las huertas musulmanas de las que no se conocía nada.

Conclusión

Esta colaboración interdisciplinaria ha enriquecido la comprensión de la importancia del Alcázar no solo como residencia real, sino también como un símbolo de poder y cultura en el contexto europeo e islámico. Para los visitantes de la ciudad de Sevilla, es un punto obligado en su itinerario.

Los resultados de estas excavaciones no solo contribuyen a la historia del Alcázar, sino que también ofrecen una oportunidad para la educación y la divulgación del patrimonio histórico. Las instituciones encargadas de la conservación del monumento están considerando la organización de exposiciones que muestren los objetos encontrados y expliquen su relevancia histórica, lo que permitirá al público conectar de manera más profunda con este emblemático sitio.

A medida que continúan los trabajos, es probable que sigamos descubriendo más sobre las vidas que se entrelazaron en sus pasillos y las historias que se han mantenido en silencio durante siglos. Sin duda, el Alcázar seguirá siendo un lugar de fascinación y misterio, revelando sus secretos poco a poco a medida que los arqueólogos desenterran su pasado.

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