La dirección de Correos aprieta a sus empleados para que hagan caja a costa de los usuarios
Nuevas quejas por parte de los usuarios ponen en jaque, otra vez, la buena reputación de Correos. Según ha podido saber OKDIARIO, la dirección de la empresa pública está presionando a los empleados para aumentar los objetivos de ventas de las 2.600 oficinas que tienen en funcionamiento. Las cuentas de Correos no están para grandes alegrías, las pérdidas acumuladas de 2011 a 2015 han sido de 876 millones de euros, según un informe del Instituto Coordenadas.
Según el Convenio de Correos y Telégrafos, la Jefatura de Sector de Red tiene varias funciones en su haber, entre ellas, la de dirigir las oficinas bajo su responsabilidad, así como impulsar las ventas desarrollando las capacidades comerciales del personal de su unidad. También se explican, que como parte de sus competencias deben coordinar las estrategias comerciales y el plan de ventas de sus oficinas.
Por ello, cada una de las oficinas de la empresa pública tiene impuestos unos objetivos de ventas que deben cumplir. Para cumplir airosamente con las metas comerciales impuestas, desde Correos también cuentan con la figura del Coordinador de Ventas que se encargar de planificar y comunicar los objetivos comerciales a su equipo, así como a la “animación y supervisión” de sus actividades comerciales.
Reza el mismo convenio, que este responsable de Ventas debe “ser intermediario entre el cliente y los servicios de la empresa con el fin de ofrecer soluciones adaptadas a sus necesidades”.
Llegados a este punto, según ha podido averiguar este periódico, los empleados de atención al cliente de las oficinas de Correos están recibiendo presiones de la dirección de la estatal para que aumenten sus ingresos, pero claro, a costa de los clientes que requieren de sus servicios. Incluso aumentan sus ingresos con la venta de cupones de la ONCE, de las que se llevan comisión, y la venta de dulces dentro de las oficinas casi a modo de ultramarinos.
Por ejemplo, comentan las mismas fuentes, los trabajadores insisten a los usuarios para que envíen las cartas certificadas y no las ordinarias. El envío certificado en territorio nacional tiene un coste desde 3,15 euros a 7,90 euros. Si el envío es internacional las tarifas se sitúan de 4,25 euros hasta los 39,90 euros.
Ofrecen también, con la meta de cumplir con los objetivos, el envío de burofax con todo tipo de añadidos que puede elevar el precio final hasta los 65 euros. Un burofax básico cuesta alrededor de 12 euros, pero si le sumas los servicios de certificación de texto, ampliación de custodia y copia de entrega el envío sobrepasa, como decimos, los 60 euros.
Además, en las oficinas de Correos también está permitida la venta de cupones de la ONCE, un programa piloto que se puso en marcha en 2011 y que ha sido objeto de polémica. Los representantes de los funcionarios dentro de la ONCE se quejaban de que este proyecto ponía en peligro la venta de cupones por parte de las personas ciegas y discapacitadas porque supone un competidor más.
Además, se quejaban de que con la comercialización de cupones en gasolineras, estancos y Correos se les hacía muy cuesta arriba cumplir con los objetivos impuestos por la ONCE que están en torno a los 4.200 euros al mes.
Evaluación de los empleados
El trabajo de los empleados de Correos está sometido a evaluaciones periódicas, un plan que se puso en marcha en 2014, según su propio Informe de Progreso.
Desde hace 3 años los empleados de la empresa pública son evaluados por el conocido como “Sistema de Evaluación de Desempeño”. Un proyecto de Correos que, según señalan, “contribuye a orientar los esfuerzos individuales de los empleados a los objetivos y éxitos de la compañía”.
Con este nuevo método, tal como indica el mismo documento, se quiere crear una organización “altamente profesionalizada”, orientada a premiar y retribuir el talento” que favorezca el “crecimiento profesional de las personas y a los buenos resultados de Correos”.
Todo lo descrito no sería un asunto inquietante si no fuera porque Correos es una empresa de capital público. La firma de Javier Cuesta Nuin está organizada en: la sociedad estatal Correos y Telégrafos, que es la encargada del servicio postal universal (SPU); Correos Express, que es la responsable de los envíos de paquetería; y Correos Telecom, que es la unidad encargada de la expansión en materia de comercio electrónico
Recordemos que solo la división dedicada al SPU está autorizada a recibir fondos del erario público, si lo usan en el resto de unidades de negocio de paquetería estarían incurriendo en un delito de competencia desleal. Y esto es precisamente lo que están investigando la Comisión Europea (CE), como avanzó OKDIARIO.
Desde el Instituto Coordenadas señalan que las pérdidas acumuladas de 2011 a 2015 han sido de 876 millones de euros y que todas las sociedades del Grupo han registrado pérdidas, a excepción de Telecom que arrojó un saldo positivo de 7,6 millones de euros.
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