No fue una noche para recordar en el Santiago Bernabéu. Los blancos perdieron por primera vez esa temporada en su templo y lo hicieron tras comentar severos errores sobre el terreno de juego y también desde la dirección del cuerpo técnico. No son pocos los señalados que deja la eliminación copera en estos cuartos de final, entre ellos el propio técnico, Zinedine Zidane.
La Real Sociedad enseñó desde muy pronto las costuras del Real Madrid. Pese a que en los primeros compases los blancos lograran imponer su juego y dar varios sustos gracias a un brillante Vinicius, sería la Real, por mediación de un gran Odegaard el que abriría la lata. Ahí llegaría el primer señalado, Alphonse Areola. El meta francés no tuvo una gran noche y fue, por momentos, una estatua ante los golpes de la Real Sociedad, sobre todo en la figura de Isak, autor de un doblete.
En el 0-1 de Odegaard, el meta galo despejó al centro de la frontal el disparo de Isak para que lo atrapara el mediocentro noruego. El disparo de éste, sin mucha potencia y centrado, se coló entre las piernas de Areola para descontento general en el Bernabéu. Otro que quedó señalado fue James. El colombiano no aprovechó la nueva oportunidad que le brindó Zidane. No fue incisivo y pecó de abusón en alguna jugada en la que pudo asistir. Tuvo una clara en la frontal que se la leyó Remiro. El cafetero fue sustituido al descanso por Modric, quedando señalado por el técnico.
La zaga en general tuvo una tarde para olvidar y fue muy blanda ante cada acometida de los txuri-urdin. La Real encontró barra libre en el Bernabéu, en parte por la poca contundencia que mostraron por los costados tanto Nacho como Marcelo. El defensa madrileño, hoy lateral, quedó muy deslucido en esa demarcación y fue un coladero. De similar manera quedó el brasileño por el lado izquierdo, práctico e incisivo ofensivamente (sumó un gol), pero débil y lento defensivamente.
Militao no tuvo su día
En el centro de la zaga, Ramos no pudo brillar solo. Militao fue otro de los que no tuvo su día. El brasileño quedó señalado en el gol de Mikel Merino cuando el equipo parecía engancharse a la remontada (2-4). Desorientado y algo lento, el central no sumó en sintonía con el capitán con el que conversó en varias ocasiones durante el partido.
Zidane aseguraba creer en sus jugadores tras el partido, pero él también tuvo su cuota de culpa en la eliminación copera. El francés no hizo una buena lectura en el segundo periodo, en el que solo realizó el cambio de Modric por James al descanso. No fue hasta el 76′ cuando dio entrada a Jovic y Rodrygo en el terreno de juego. Quizá demasiado tarde viendo lo poco que necesitó el brasileño para hacer su gol (3-4). Sobre todo en el caso de Brahim, otro que no tuvo su noche.
