Era la sorpresa de la alineación titular del Real Madrid ante el Manchester City. Vinicius Junior irrumpía con fuerza en el once que puso Zidane de inicio sobre el césped dejando en el banquillo a Gareth Bale, principal favorito para formar pareja de ataque junto a Benzema. Pero Zizou es así, toda una caja de sorpresas.
Vini saltó al verde de Santiago Bernabéu en una de esas noches que todo jugador quiere vivir. No hay nada más bonito que la Champions y si es en el escenario donde más se la quiere del continente su belleza se multiplica notablemente. Sin complejos, como es él, comenzó un partido extremadamente igualado y en el que se percibía la sensación de que el que fallase lo iba a pagar muy caro. Con un tremendo respeto ambos conjuntos se fueron tanteando sin generar grandes ocasiones de peligro, lo que penalizaba al brasileño, aunque éste no dejaba de ser siempre un apoyo en la banda izquierda para sus compañeros. Peligroso en ataque y comprometido en defensa, siendo el mejor socio de un Mendy que, una vez más, cuajó un gran partido.
A Vinicius sólo le faltaba encarar, su mayor virtud. Cuando recibía escorado en la banda levantaba la cabeza y, si había posibilidad, cedía a un compañero. Algo que agradeció el City, ya que cuando encendió la moto la defensa de los de Guardiola lo pasó realmente mal. Aunque su gran oportunidad estuvo en un balón suelto que no llegó a rematar cuando se cumplía la media hora de partido. Sin duda, la mejor ocasión del Madrid en los primeros 45 minutos de una batalla que se antoja larga.
Calidad, asistencia y compromiso
Comenzó el segundo acto y el Madrid arrancó un tanto contemplativo, lo que permitió que el City subiese su nivel. Los blancos sufrían y las cosas no funcionaban de la manera más adecuada. Vinicius, siempre peleando cada balón, esperaba una pelota que le permitiese correr. Y lo tuvo en el 54’, cuando Modric le dio un esférico de oro que Vini recogió, llevó hasta el área rival, pero cuando llegó la hora de definir se quedó sin gasolina y terminó cayendo sobre el césped sin ningún tipo de infracción de los defensores rivales. El aperitivo quedó en nada, aunque el plato principal llegó minutos después. Y ese sí que sació al madridismo. Vini recogió un esférico en tres cuartos de campo que terminaba sirviendo a Isco para hacer el primer gol del partido.
Siguió peleando cada pelota un Vinicius que se desfondó y dejó todo sobre el verde, incluida toda la calidad que atesora en sus botas. Pero tirado en el césped, sin piernas para darse una carrera más y desfondado, Zidane decidió retirarle del césped en medio de una tremenda ovación por Bale, el que se esperaba que fuese titular.
