Antonio Rüdiger y Jesús Vallejo fueron los dos únicos jugadores del Real Madrid que se quedaron en el césped a dar la cara tras una nueva derrota del equipo blanco en casa, la segunda consecutiva y en el Santiago Bernabéu. Quedaban muy pocos madridistas cuando Slavko Vincic pitó el final del partido de la jornada 4 de la liguilla que enfrentó a los de Carlo Ancelotti contra el AC Milan (1-3), pero los dos centrales se dignaron a permanecer sobre el terreno de juego y agradecer a la parroquia blanca el apoyo con aplausos.
El resto se marcharon rápidamente hacia los vestuarios para escuchar lo que el entrenador italiano tuviera que decirles tras un batacazo mayúsculo con el que las cosas en Europa se ponen cuesta arriba para el campeón. El Milan ganó con autoridad y el Real Madrid, aunque pudo meter más goles de no ser por fallos incomprensibles, acusó demasiado los fallos en defensa. Rüdiger jugó y Vallejo no, pero ambos mostraron algo de orgullo con ese gesto hacia un semivacío Bernabéu.