Vinicius Junior tratará de utilizar el parón como una reválida que demuestre a Zinedine Zidane que puede volver a formar parte del once del Real Madrid. El brasileño vive en una constante montaña rusa de sensaciones, capaz de ser un futbolista determinante en el ataque madridista y días después volver a ser devorado por las críticas por su poca incidencia tanto en el juego como en el marcador. Después de un gran comienzo de temporada, vive un bajón que coincide con su regreso con Brasil, donde buscará reivindicarse.
El brasileño se había aupado como uno de los jugadores clave del conjunto madridista después de grandes actuaciones que le mantuvieron como pichichi del equipo en el arranque del curso. Sin embargo, el regreso de Hazard y unos partidos discretos han vuelto a cuestionar su condición de indiscutible y vuelven a poner sobre el foco su irregularidad.
Cuando aún retumban las palabras de Benzema en el partido ante el Monchengladbach sobre él, el canarinho dispondrá de una oportunidad de resarcirse con su selección. Tite le ha convocado con Brasil para los partidos de clasificación para el Mundial de Qatar 2022 contra Venezuela y Uruguay. Más de un año después de su debut como internacional absoluto, Vini vuelve a contar con la confianza de su seleccionador, con el objetivo de ganarse un hueco en los planes futuros del equipo y aprovechar para llamar la atención de Zidane de cara a los compromisos de los madridistas tras el parón.
La llamada de Brasil llega en un momento un tanto complicado para el jugador del conjunto blanco. Con la recuperación de Hazard, su pérdida de protagonismo ha sido evidente. Dos goles en los cuatro primeros partidos de los blancos le colocaron como el máximo goleador del equipo, lo que se prolongó después de marcar ante el Shakhtar en Champions. Pero ahora, encadena cinco partidos consecutivos sin marcar.
Titular ante el Barcelona y el Gladbach, sus actuaciones no estuvieron a la altura de las expectativas y, con la vuelta del belga, volvió al banquillo en los dos siguientes partidos, aunque fue fundamental en la victoria contra el Inter al asistir a Rodrygo. La ausencia de nuevo de Hazard en Mestalla tras su positivo por coronavirus le volvió a poner de inicio ante el Valencia, pero tampoco tuvo su noche.
Vinicius vive en un sube y baja constante. Una intermitencia que no termina de asentarle en el once del conjunto blanco. Con la extrema competencia que tiene por un puesto en el ataque, cualquier mínimo bajón de rendimiento es castigado con el banquillo. Por ello, ahora deberá empeñarse al máximo con Brasil, para demostrar así a Zidane y al propio club que a la vuelta de los compromisos internacionales, puede volver a ser fundamental para los intereses de los blancos.
