Victoria sufrida, sufridísima, del Real Madrid en Anoeta gracias a dos claros penaltis cometidos por la Real Sociedad en el segundo tiempo. Vinicius primero y Mbappé después anotaron los goles del triunfo madridista. El equipo de Ancelotti sobrevivió a tres tiros a los palos del equipo de Imanol y a las bajas en el centro del campo. El Madrid logra su primera victoria a domicilio y duerme a un punto del Barcelona.
A Ancelotti se le desinflaba el colchón. Tras dos empates feos e inesperados en las dos primeras salidas del Real Madrid, el equipo blanco aterrizaba en San Sebastián exigido por un Barcelona impecable que arrancaba la quinta jornada de Liga con una ventaja de cuatro puntos. El Madrid tenía que ganar en Anoeta si no quería dejar a los de Flick a tiro de alcanzar una ventaja ya preocupante a las primeras de cambio. No tenía Carletto ni a Tchouaméni ni a Camavinga ni a Bellingham, tres de sus cuatro centrocampistas titulares, así que tuvo que improvisar. Es su fuerte más que la pizarra.
Eligió a Modric para acompañar a Fede Valverde en el doble pivote y colocó por delante una línea de tres mediapuntas con Vinicius en la izquierda, Güler en el centro y Brahim en la derecha, los tres mosqueteros al servicio de Mbappé, todos para uno y uno para todos. Atrás recuperó a Militao y Mendy, convalecientes durante la semana, así que pudo disponer de su defensa titular con Carvajal y Rüdiger para escoltar a Courtois.
Enfrente una Real Sociedad que trata de aprender a jugar sin Le Normand ni Mikel Merino, dos ausencias que han provocado una vía de agua en el equipo de Imanol, que no termina de coger el punto a la Liga. Los donostiarras se aferraban al efecto Anoeta, estadio imponente que no asusta tanto como el viejo Atocha, pero que también aprieta. Y que lucía imponente ante un Real Madrid que vestía de naranja butano.
Vértigo en Anoeta
El partido nació eléctrico como un concierto de AC/DC. Apretaba la Real Sociedad espoleada por su público y replegaba el Real Madrid dispuesto a remangarse para proteger el área de Courtois como si fuera un Picasso. Ancelotti colocó a su equipo de salida en 4-3-3 con Valverde como pivote único flanqueado a la diestra por Güler y a la siniestra por Modric. Brahim pasaba a jugar arriba junto a Vini y Mbappé.
Y precisamente Kylian se asomó al gol en una maniobra individual por la derecha que abrochó con un punterazo sin ángulo que desvió Remiro. Era el primer aviso de Mbappé. Se sucedieron después sendos córners para la Real que pusieron en apuros a un dubitativo Courtois. Aunque para dudas las de Vinicius, aturdido y desorientado como si se acabara de despertar de la siesta.
Mbappé caía por la izquierda para buscarse la vida. Vinicius, invisible y desganado, se exiliaba al centro. Por la diestra penaba Brahim sin rascar bola. Hubo que esperar al 17 para que apareciera otra vez Mbappé, de nuevo por la derecha, para driblar a su par y sacarse un latigazo seco que repelió con suerte y con los pies Álex Remiro. Segundo aviso de Kylian.
Ancelotti puso a calentar a Rodrygo porque Brahim andaba tocado. Apretaba el Real Madrid y dudaba con la pelota la Real. En el 23 tuvo que hacer el cambio porque el hispano-marroquí se había roto. Dio entonces el susto el equipo de Imanol con un disparo violentísimo de Sucic que reventó el travesaño de Courtois.
Luego Remiro evitó el gol cantado de Rüdiger a la salida de un córner con una mano salvadora al remate a bocajarro de central alemán. El dominio del Madrid se convirtió en asedio. Hasta presionaban, se lo juro. Pero también dejaban agujeros negros a la espalda de su defensa como el que estuvo a punto de aprovechar Becker tras sentar a Militao y disparar por encima de Courtois. Otra vez el larguero salvó al Madrid.
Un 0-0 ‘imposible’
Respondió Mbappé con su tercer aviso. Rompió la cintura de Aramburu y se sacó un tirazo que cogió el efecto al revés. A la vuelta volvió a perdonar la Real Sociedad en una jugada que se envenenó por la torpeza de Vinicius y Güler en labores defensivas. Consumíanse los minutos camino del descanso pero el Real Madrid tuvo la última. Fue una falta sobre Vini en la frontal. Se la pidió Modric. Sucic salvó en la barrera con el brazo bien pegadito al cuerpo. Pues con esto y un bizcocho nos fuimos al descanso con un 0-0 que bien pudo haber sido un 2-2.
Otro susto bautizó al Real Madrid en el arranque de la segunda mitad. Sucic se topó otra vez con el palo en su mano a mano con Courtois, el segundo de su cuenta y el tercero de la Real Sociedad en 46 minutos. Paso al frente de los locales y paso atrás del campeón, que titubeaba otra vez. Ancelotti se pensaba los cambios y la solución más clara, cristalina, clamorosa, era sustituir a Vinicius.
Perdió gas la Real y volvió a quedarse el balón el Real Madrid. Así llegó el penalti claro de Sergio Gómez, que sacó una mano clara y obscena al disparo de Arda Güler. El penalti se lo pidió Vinicius, que marcó con un tiro raso y cruzado al que no llegó Remiro pese a haber adivinado el sitio y rozarla con la mano. Fue su mejor acción en el partido y su única buena obra. Su celebración volvió a demostrar que vive enfadado con el mundo.
Dos por uno
El equipo blanco, naranja en Donosti, replegó para cuidar el 0-1. Ancelotti sólo tenía en el banquillo a Lucas y Endrick, un extremo y un delantero que no le solucionaban nada a la hora de defender. Del resto no se fiaba. En el 72 Aramburu, que no había dejado de repartir durante todo el partido, se llevó puesto a Vinicius en el área. No lo vio Martínez Munuera pero sí el VAR, que le advirtió de que era penalti porque le había dado en los dos pies.
Esta vez el penalti lo ejecutó Mbappé. le tocaba. Tiró suave y por el medio y logró el 0-2. El Real Madrid abrochaba el partido o casi desde los once metros. Ancelotti aprovechó para quitar a Güler y meter a Lucas Vázquez. En el 89, con el partido ya sentenciado, metió a Endrick por Mbappé para volver a dar al brasileño los minutos de la basura. Se consumieron rápido, el Real Madrid logró su primera victoria de la Liga a domicilio y se acostó a un punto del Barcelona, que este domingo visita al Girona.