Lo veían venir por Valdebebas y se confirmó ante el Leipzig en la vuelta de los octavos de final de la Champions. Los alemanes no convirtieron el cumpleaños del Real Madrid en una pesadilla por falta de acierto de cara a gol. Si en tierras germanas ya merecieron más, en el Santiago Bernabéu se mostraron mejores que los de Ancelotti, que firmaron el peor partido de los blancos en lo que va de curso y uno de los más pobres de la última década. Los madridistas no están en un buen momento y lo evidenciaron en este duelo.
En el vestuario del Real Madrid llevan unos días diciendo que están atravesando una «mala racha». Es cierto. Los hombres de Carlo Ancelotti han encadenado una serie de partidos bajando su nivel. Tenía que pasar y el italiano sabía que este mal momento iba a llegar. También lo sabían los jugadores. Un bajón de fútbol, que no físico, que el italiano estaba viendo en los últimos partidos, posiblemente desde que jugaron la ida de los octavos de final de la Champions contra el Leipzig.
Por este motivo, Ancelotti decidió reforzar el centro del campo para sujetar las contras de un equipo muy peligroso en esa faceta, pero nada salió como quería. El italiano explicó tras el encuentro que «la idea era presionar más, con medios de energía, pero hemos jugado muy frenados, controlado demasiado el bloque bajo, sin presionar, con balón muy lentos, con poca verticalidad, con pases laterales…». Nada de esto sucedió.
Ancelotti lo intentó
El Real Madrid no se encontró en ningún momento. La primera mitad fue una frustración en ataque, renunciando a generar peligro, pero es que tampoco fueron un muro defensivo. El Leipzig les creó peligro a pesar del esquema y sólo la falta de puntería evitó que los alemanes se marchasen con ventaja al vestuario.
En la segunda parte, Ancelotti lo intentó arreglar con la entrada de Rodrygo y la realidad es que en cuanto al ataque el equipo mejoró mínimamente. El brasileño tuvo ocasiones de gol y Vinicius, tras un excelente pase de Bellingham, hizo un tanto que, a la postre, fue clave en la eliminatoria. Pero la realidad es que quitando estos pequeños fogonazos, nada iba a funcionar en la noche del 6 de marzo, cumpleaños del Real Madrid.
Al terminar el encuentro, Ancelotti acudió a rueda de prensa y fue claro: «Ha sido un tema mental». El Real Madrid no está cansado físicamente o, por lo menos, eso dicen los datos que recogen entrenamiento tras entrenamiento en Valdebebas, pero sí empieza a dar señales de agotamiento mental. El vestuario lo sabe y el objetivo es salir cuanto antes de esta mala racha.
La temporada del Real Madrid está siendo tremendamente complicada a pesar de lo que dicen los resultados. 32 lesiones, tres de ellas de mucha gravedad, sanciones y un calendario cargado que está exprimiendo a los blancos. Todo esto está pasando factura a la frescura mental de los jugadores de Ancelotti, lo se traduce en una serie de errores que les penalizan.
¿Y cuál es la solución del Real Madrid?
Ancelotti ha puesto una meta al equipo que quiere cumplir. Para ello, tras haber logrado la clasificación para los cuartos de final de la Champions, los madridistas tratarán de ganar a Celta en el Santiago Bernabéu y a Osasuna en El Sadar. Después, llegará un parón de selecciones donde los blancos esperan recargar energías antes de encarar el último tramo de la temporada.
Tras este parón, Ancelotti y sus jugadores tendrán que encarar nueve finales por la Liga y, como mínimo, los cuartos de final de la Champions. El Real Madrid necesita llegar al tramo más decisivo de la temporada con la mente renovada.