No hay excusas que valgan. En el Real Madrid no miran hacia fuera tras la pobre imagen que dieron en Mallorca en el primer partido de la presente Liga. Ancelotti dijo en la previa que se iban a divertir en este campeonato, pero la realidad es que el arranque estuvo lejos de ser el esperado. Si bien es cierto que en la primera mitad tuvieron minutos de calidad, lo que se vio sobre el césped de Son Moix en el segundo tiempo no fue ni mucho menos lo esperado.
La plantilla madridista llegó al vestuario y se topó con un Ancelotti muy molesto por lo visto en el partido. Lejos de lamentarse por los errores de Soto Grado, que los hubo, ya que podría haber expulsado a Maffeo y haber pitado penalti sobre Militar tras ser agarrado en el área, jugada en la que Iglesias Villanueva no le ayudó desde el VAR, decidieron hacer autocrítica.
Los jugadores del Real Madrid saben que no estuvieron bien ante el Mallorca. Especialmente en la segunda mitad, donde no fueron capaces de sobreponerse al empate de los baleares. De hecho, pudieron hasta perder un encuentro por las ocasiones generadas por los hombres de Jagoba Arrasate.
A los jugadores del Real Madrid le faltó equilibrio y, sobre todo, fútbol. Desde el vestuario reconocen que deben «ensamblarse bien» y, además, «corregir ciertos lujos de desapariciones en grupo». No obstante, tienen claro que la única manera de solucionar estas carencias y errores es mirar hacia adentro. «Ninguno se va a escudar en el árbitro porque sabemos que no hay nada que hacer. Da igual que lo de Soto Grado fue algo inadmisible para una competición honesta», explican.
Los deberes de Ancelotti
Ahora, Ancelotti tiene varios días por delante para seguir corrigiendo estos aspectos. El italiano siempre ha demostrado que una de las grandes características que tiene como entrenador es encajar a los jugadores para que todo case. El último ejemplo de ello es Jude Bellingham. El técnico encontró un sitio para el inglés la pasada temporada en la mediapunta y falso ‘9’ en ataque, y como falso extremo izquierdo en defensa, trabajando en las ayudas. Desde ahí, logró los mejores registros de su carrera: 23 goles y 13 asistencias.
Pero el fichaje de Mbappé lo cambia todo. Y la retirada de Kroos, también. Una pieza fundamental que llega y otra, insustituible, que se va. Ancelotti cambió a uno por otro en su once tipo, pero las diferentes posiciones sobre el campo alteran el plan. Al Real Madrid le falta encontrarse con el fútbol y esto es lo que debe solucionar el italiano en los próximos partidos.
«Tenemos que ir todos juntos. Todo el mundo puede pensar que es un problema de los delanteros, pero también puede ser de los defensas o de los centrocampistas. No han entendido que esto era un aspecto muy importante», explicó Ancelotti tras el empate.
Un aspecto fundamental de ese equilibrio que no está y que demuestran las palabras de Bellingham al descanso en el túnel de vestuarios, dirigidas al tridente de ataque. «Vosotros tres tenéis que finalizar los ataques. Correr de vuelta está siendo jodidamente difícil», expresó.