La mañana en Valdebebas se vivió con un ojo puesto en los campos 1 y 2, donde los hombres de Carlo Ancleotti se entrenaron para preparar el Clásico, y con otro en la televisión, donde se iban a sortear los cuartos y semifinales de la Champions. Kluivert y Altintop sacaban las bolas que iban a determinar el camino del vigente campeón de Europa hacia la final del Estambul y, el resultado, no fue el mejor.
El Real Madrid se medirá al Chelsea en cuartos de final, jugando la ida en el estadio Santiago Bernabéu y la vuelta en Stamford Bridge. Si los blancos pasan, se medirán a Manchester City o Bayern de Múnich en semifinales y, otra vez, jugarán la ida en casa y el pase a una posible final lejos de Chamartín. Una situación que no termina de gustar en el vestuario y en seno del club.
En el Real Madrid lamentan profundamente no poder jugar la vuelta en el estadio Santiago Bernabéu. «Nos enfrentamos a un escenario desconocido para casi todos. Se acabaron las remontadas en casa», aseguran. Además, también están convencidos de que han tenido muy poca suerte a la hora de los rivales. «Imaginemos que las posibilidades de dificultad del sorteo fuese de cero a cinco. Pues hemos tenido un cuatro», explican. «Evitado el City o el Bayern, lo demás es todo negativo», sentencian.
El camino más duro… otra vez
La realidad es que el Real Madrid los ha evitado en cuartos de final, pero cuando no podrán hacerlo es en semifinales. En caso de lograr el pase a la siguiente ronda, se tendrán que ver las caras sí o sí con los otros dos máximos candidatos a lograr el título. Por el otro lado, Benfica, Nápoles, Milan o Inter pelearán por estar en Estambul.
