Casi sin inmutarse, en un partido cómodo y plácido, muy propio de la hora de la siesta. Así derrotó el Real Madrid a un Cádiz que desperdició varias ocasiones en el Bernabéu. Brahim, el mejor del equipo de Ancelotti, abrió el marcador y asistió a Bellingham para el segundo. Militao demostró que no está y volvió Courtois igual que se fue: con una enorme parada que no hace sino ratificar la idea de Ancelotti de que juegue la final de la Champions… con permiso del Bayern, claro.
No habría visita a Cibeles. Hiciera lo que hiciera el Barça en Girona, el Real Madrid decidió que no era plan de esperar un par de horas en el vestuario con la tele prendida para luego ir con el autobús del equipo a celebrar una Liga que lleva meses en el bote. No sé a ustedes pero a mí la decisión me parece un acierto.
Jugaban Courtois y diez más. El retorno del imponente portero belga a la meta del Real Madrid era un eclipse en el Bernabéu como el que genera su alargada figura ante los rivales. Pese a lo que digan los números –porque el equipo de Ancelotti es el menos goleado de esta Liga infumable–, el Madrid le ha echado de menos porque Courtois es mucho Courtois. Y luego rotaciones para proteger a los que serán titulares contra el Bayern. Diez cambios con respecto al equipo del Allianz, del que sólo repetía Nacho, que tiene pocas opciones de jugar la vuelta.
Courtois regresa al Bernabéu 335 días después https://t.co/HBuApIsNXt
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Como novedades del equipo que presentaba el Real Madrid ante el Cádiz estaba el regreso de Carvajal al lateral derecho tras cumplir sanción en Múnich y el debut del pequeño Arda Güler como titular en el Bernabéu. Si sobraba algún foco de Courtois, pues para el turco. Para resumir, jugaban estos: Courtois; Carvajal, Militao, Nacho, Fran García; Camavinga, Ceballos, Modric; Brahim, Güler y Joselu.
A pesar de estar plagado de suplentes el once del Real Madrid le sonaba al Brasil del 70 a cualquier aficionado del Cádiz, que se plantaba en el Bernabéu con un pie en Segunda y necesitado de un milagro en la casa blanca con el que lograr un milagro mayor: la permanencia en Primera.
Domina el Madrid
No parecía el Real Madrid muy dispuesto a echar una mano al Cádiz porque los de Ancelotti salieron a pasaportar el partido por la vía rápida. A los dos minutos la tuvo Joselu, empujado en el área por Fali, que no llegó a conectar en boca de gol el pase de Fran García. Se repusieron los visitantes del susto pero no del dominio blanco. Encerrado al borde de su área sufría el Cádiz el ataque total del Real Madrid.
El segundo aviso lo dio Militao con un disparo lejanísimo y potente al que respondió Conan Ledesma con un despeje adornado y un poco estúpido porque la pelota era para atraparla. Pintaba monólogo. O no tanto, porque en el 21 Chris Ramos tuvo el 0-1 en sus botas. Golpeó con la de palo y la echó al techo del Bernabéu cuando lo más fácil era meterla dentro.
El partido era para vivirlo amorrado a la Nespresso. Ni ritmo, ni intensidad, ni vértigo, ni ná. Lógico. Otra vez el Cádiz avisó al Bernabéu en el 31. Rubén Sobrino robó la cartera a un lento y blandengue Militao, recorrió 40 metros en solitario y se plantó ante Courtois. Se le hizo de noche y Nacho regresó a tiempo para evitar males mayores.
El Cádiz le ponía más ganas porque a la fuerza ahorcan. Alguna cornada metió también como la de Zaldua a Brahim que se saldó con amarilla. La pelota era del Real Madrid pero su juego era un manoseo de posesión insoportable. Ni Güler dejaba detalles. En el 39 la tuvo Ceballos en un remate dentro del área que repelió con los pies Ledesma.
Primer tiempo infumable
La tercera del Cádiz le cayó a Escalante, que cabeceó de aquella manera un córner en las postrimerías de este infumable primer tiempo. Y la última la apuró Joselu con una volea dentro del área que mandó a las nubes casi cuando el colegiado pitaba el camino de los vestuarios. Y con esa nos fuimos al descanso, que igual podía ser más entretenido que el partido.
Nos lavamos la cara y regresamos del entreacto. Volvió a dominar el Real Madrid y Arda Güler enseñó el talento de su zurda con un disparo de falta que despejó Conan. Haría lo propio en la jugada siguiente a una volea de Carvajal. Y Militao siguió haciendo de las suyas al perder otro balón temerario y regalársela a Chris Ramos. Corrió sin nadie al lado y se plantó solo delante de Courtois. Ahí el belga se hizo gigante y salvó un mano a mano como en sus mejores tiempos.
Brahim se inventó un golazo para adelantar al Real Madrid contra el Cádiz https://t.co/BmSPLLaHN6
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Era el 49, perdonaba el Cádiz y lo pagó en la siguiente jugada. Brahim recibió de espaldas en la frontal, se giró y la puso en la escuadra de Conan Ledesma. El golazo del Real Madrid enterraba las esperanzas gaditanas de ser la Pedroche en el Bernabéu y dar la campanada. Con el partido resuelto (o al menos encarrilado) Ancelotti quitó a Güler para meter a Bellingham. El Bernabéu le despidió entre aplausos y el inglés tardó un pispás en hacer el 0-2.
Sentencia Bellingham
Fue Brahim otra vez el que mejoró una jugada que nació de una recuperación del propio Bellingham y un pase filtrado por Modric. El hispano-marroquí la puso al área y allí apareció Jude para embocar el 0-2 y asomarse otra vez al gol. Fue entonces cuando Ancelotti sustituyó a Brahim para meter a Vinicius en el 72.
Se gustó el brasileño en alguna jugada como un centro de rabona que cabeceó Militao un poco flojito para que se luciera Conan. Eran los minutos finales de un duelo que nunca tuvo historia. Hubo algún pique entre Bellingham y Alcaraz que tampoco pasó a mayores. Pasaron los minutos finales sin grandes sobresaltos y el Real Madrid abrochó, con el definitivo 3-0 de Joselu, una victoria fácil ante un Cádiz que, partido a partido, continúa despeñándose hacia la Segunda división.
A los blancos, con la Liga ya ganada a falta de las matemáticas, sólo les quedaba esperar si el Barcelona ganaba o no en Girona para sellar el alirón. Aunque lo que espera todo el madridismo es que llegue el miércoles cuanto antes y poder ganar al Bayern para plantarse a un sólo partido de ganar otra Champions.