Un Real Madrid atascado y sin pegada se dio contra el muro del Cádiz y no pudo dejar la Liga vista para sentencia. Es el tercer 0-0 que el Bernabéu se come desde que llegó Ancelotti. El Sevilla se pone a seis puntos del equipo blanco y con un partido menos como el principal rival de los madridistas en el campeonato. Aunque la Liga parece encarrilada, el Madrid parece encantado en darle emoción como si no quisiera hacer spoiler de un final anunciado.
Por el poder del Covid (o la Covid) Ancelotti tuvo que rotar. No le quedaron más narices. Sin Modric, ni Rodrygo, ni Asensio, entre otros, víctimas del coronavirus, amén de Carvajal (por el que más vale prevenir) el técnico del Real Madrid se vio obligado a introducir recambios en su once preferido por motivos médicos.
Así que entraron como titulares ante el Cádiz Lucas Vázquez en el lateral derecho, Valverde al mediocampo y Hazard (suplente del suplente) en la posición de extremo diestro. Era la última oportunidad del belga, que llevaba sin ser titular con el Real Madrid desde que la luz apenas costaba 100 euros el megavatio/hora.
No había novedad en el resto de un equipo que encabezaban Courtois por detrás y Benzema por delante. Por colocar a todo el equipo diremos que jugaban: Courtois; Lucas, Militao, Alaba, Mendy; Casemiro, Kroos, Valverde; Hazard, Vinicius y Benzema. Ni tan mal para un Real Madrid asolado por el virus que aun así presentaba un equipo imponente. Enfrente un Cádiz en apuros que visitaba el Bernabéu con la piel de cordero vestida hasta el cuello.
El Real Madrid salió furioso como Pablo Casado en una sesión de control al Gobierno. Vinicius percutió por la banda siniestra hasta que Cala evitó un mano a mano del brasileño ante Ledesma. El Cádiz apretó los dientes como si sufriera bruxismo y se guareció hasta que escamparan los ataques blancos.
Dominio blanco
Un par de cornadas de Cala para marcar la línea se fueron al limbo de la falta de vista del miope Jaime Latre. Pero el Real Madrid siguió percutiendo al área gaditana con un Benzema enchufado y un Fede Valverde que se asomaba al gol sin vértigo ninguno. Con todo, el ímpetu inicial del equipo de Ancelotti fue insuficiente para inclinar el marcador en los primeros 20 minutos de partido.
En el 22 una media volea espectacular de Fede Valverde la desvió a córner el meta Ledesma con una buena mano en un vuelo sin motor. Respiró el Cádiz, igual que el Madrid cuando al filo de la media hora Casemiro vio cómo se saldaba con amarilla una acción en la que se tiró a los pies de Iván Alejo.
El caso es que el Real Madrid, como el ímpetu de un podemita, se fue diluyendo y aburriendo sobre el césped pasándose la pelota de un pie a otro como si jugara a una suerte de tocomocho futbolístico. Por cierto, hablando de tocomochos, de trileros y de tramposos, la lamentable presencia (de cuerpo presente) de Hazard, que se ha convertido en un jugador de mentira, una burda copia de sí mismo, un juguete roto que ya no hace ni gracia.
Así que el Real Madrid siguió atacando y el Cádiz defendiéndose hasta que se consumió sin sobresaltos un primer tiempo insulso y anodino, sin ocasiones, con un fútbol sieso y plano, que aburrió a los aficionados que habían asistido al Bernabéu.
El Cádiz se encierra
Tras el descanso espabiló al Real Madrid, que encerró al Cádiz, pertrechado en su área como si cerrara las fronteras ante la amenaza blanca. Hazard en el 55 peinó suave y mal un centro medido de Kroos. Lo desvió con mano firme Ledesma, tan seguro bajo los palos como endeble en los balones llovidos.
Casi sin darse cuenta, el Madrid perdió fuelle, juego e interés y se le fue consumiendo el tiempo hasta que a Ancelotti, al filo del 70, le sonó la alarma del móvil y decidió meter a Jovic por Valverde para jugar 4-2-3-1 con Casemiro y Kroos en el medio; Vinicius, Benzema y Hazard por delante, y con Jovic como referencia arriba. Los visitantes se fueron replegando casi hasta detrás de su propia portería.
El Cádiz aprovechó el desbarajuste táctico generado por Ancelotti y tuvo el 0-1 en las botas de Negredo, que echó fuera un gol cantado. Respondió el Real Madrid tocando a rebato ante un equipo gaditano que puso descaradamente el autobús. El Madrid llamó y llamó a las puertas del gol, pero nadie le abrió.
El Cádiz replegó y sacó petróleo del Bernabéu. Un punto casi milagroso pero valiosísimo, que pone la Liga en un puño siempre que el Sevilla cumpla los pronósticos y gane al Barcelona. Los hispalenses, con un partido menos, se colocan a seis de un Real Madrid que ya ha dejado escapar esta temporada tres empates del Bernabéu.