Ramón Mendoza, presidente del Real Madrid entre 1985 y 1995, ya anticipó las malas prácticas que llevaban a cabo los árbitros con Enríquez Negreira, junto a Sánchez Arminio y Urízar Azpitarte ya dentro del CTA. Exactamente fue en 1994 cuando el máximo dirigente del conjunto blanco hacía públicas sus quejas sobre el estamento arbitral.
Mendoza, tras una sanción a Jorge Valdano, entrenador del Real Madrid desde ese mismo año (1994) llegó al banquillo del Santiago Bernabéu, mostró su tremendo enfado contra la Real Federación Española de Fútbol: «Ocurren muchas más cosas en relación con otros estamentos deportivos que ahora se visten con distintos colores que antes», decía señalando claramente al CTA, en primer lugar, para después hacer directamente a Enríquez Negreira.
«Existe una gran preocupación en cientos de miles de personas en la actuación de Enríquez Negreira desde Barcelona. Habrá que intentar que los árbitros no hablen antes de los partidos siempre con la misma persona. Crea un clima de tensión innecesario en un colectivo estupendo», dijo Mendoza por aquel entonces en las páginas del diario Marca.
Andújar Oliver
Por aquel entonces, Ramón Mendoza ya insinuaba que Enríquez Negreira influía notablemente sobre las decisiones de los colegiados. De hecho, Andújar Oliver, ex árbitro español realizó unas declaraciones en OndaCero que pueden salpicar aun más si cabe al Barcelona en este asunto: «El hijo de Enríquez Negreira llamaba a los árbitros en los partidos importantes del Barça en el Camp Nou e iba a recogerlos al hotel y los llevaba al campo».
«El hijo de Enriquez Negreira era coach/psicólogo de los árbitros. Pagado por ellos mismos. Sabía sus confidencias», cerraba el ex colegiado que afirmaba que otros equipos podrían haber actuado de la misma manera que el Barcelona y que el hijo de Negreira quería conocer los detalles de las vidas de los árbitros y lo que pensaban.