La plaga de lesiones que no cesa en el Real Madrid vuelve a dar una oportunidad a Isco Alarcón. El malagueño, que había amagado con resucitar antes de regresar a la última fila del banquillo, será el único beneficiado de las lesiones de Kroos y, sobre todo, de Valverde. A 10 días de que los blancos empiecen a jugarse el final de la temporada, el mediocentro está ante su último tren para aferrarse a su continuidad en el conjunto madridista, algo que a estas alturas está descartado.
Toni Kroos y Fede Valverde han sido los últimos damnificados por las lesiones del conjunto blanco. No ha dado tiempo a que las selecciones empiecen a disputar sus compromisos, cuando los madridistas ya tienen que lamentar dos bajas, en un parón que se presentaba más tranquilo de lo habitual para Zidane.
El alemán vuelve de la concentración con los de Low para someterse a pruebas, aunque en un principio todo apunta a que llegaría justo al partido ante el Eibar y sí que podría estar para la Champions. Más complicado lo tiene el uruguayo, que sufre unas molestias musculares que podrían tenerle apartado del equipo dos semanas. Al haberse suspendido los partidos de las selecciones sudamericanas, se ha quedado en Valdebebas, pero no ha podido ejercitarse con el resto del equipo en la vuelta a los entrenamientos.
La presencia del ‘Pajarito’ de cara a los dos importantes partidos que tienen los blancos con el regreso de la competición está prácticamente descartada, lo que da alas a Isco de cara a regresar a los planes de Zidane. El andaluz podría volver a la titularidad contra los armeros y podría tener una oportunidad también en Champions.
El cambio de sistema le favorece
Zidane probó con el 4-4-2 en el último partido antes del parón obteniendo un gran resultado. El técnico prefirió reforzar contra el Celta el centro del campo con la entrada de Valverde, prescindiendo de un atacante. Contra el Eibar podría volver a repetir y, en ese caso, Isco tendría la oportunidad de volver a ser de la partida, en el dibujo que más le ha favorecido a lo largo de su carrera en el Real Madrid.
La constante irregularidad del malagueño, desde que fichó por el conjunto blanco en verano de 2013, se vio frenada cuando Zidane apostó por meterle de cuarto centrocampista en ausencia de Bale. Las lesiones del galés en el tramo final de las temporadas 2017 y 2018 le permitieron vivir sus mejores días como madridista, llegando a ser titular en las dos finales de Champions que los blancos disputaron y ganaron en esas dos temporadas.
Sin embargo, desde entonces, no ha vuelto a acercarse a ese nivel. Con las lesiones de Kroos y Valverde, vuelve a tener una oportunidad, ya no sólo de cara al encuentro ante el Eibar, sino pensando en el duelo de cuartos de Champions. Contra el Liverpool, todo hace indicar que el uruguayo no podrá estar, lo que le permitiría entrar como refuerzo en el centro.
En la rampa de salida
Será una de sus últimas oportunidades para cambiar su futuro en el Real Madrid. El jugador está, a día de hoy, con pie y medio fuera del club. De cara al próximo curso, el club no cuenta con él y sus intenciones tampoco parecen pasar por continuar en el equipo. La pérdida constante de relevancia en las últimas temporadas le ha llevado a tener un papel más bien testimonial, lo que provocó que pidiera salir en enero, aunque finalmente no encontraron un destino.
Uno de los objetivos de Isco, que le llevó a solicitar su marcha en el mercado invernal, es el de ir a la Eurocopa con España. Hoy por hoy, parece más un sueño que una posibilidad. La única oportunidad que tiene para convencer a Luis Enrique pasa por recuperar su mejor versión y, para ello, necesita minutos. Por ello, de cómo aproveche su penúltima oportunidad dependerá su futuro tanto en el equipo nacional como en el Bernabéu.
Pese a su intermitencia, Zidane siempre ha demostrado una confianza infinita en él. Isco ha sido históricamente uno de los favoritos del técnico. Aunque no ha sido titular en la mayoría de los partidos que ha jugado en el conjunto blanco, siempre ha sido un jugador a tener en cuenta por el francés, que pese a la evidencia de que no estaba para jugar, no ha parado de darle oportunidades.
Con las lesiones de dos de sus compañeros en el centro del campo, se le abren de nuevo las puertas de la titularidad. El último amago de resurgir quedó en nada, tras tres encuentros casi consecutivos en los que jugó de inicio y en el que su rendimiento no tuvo nada que ver con el que venía dejando este curso, volvió otra vez a las andadas y Zidane le ha vuelto a relegar al banquillo. No ha tenido minutos en tres de los últimos cuatro partidos, pero ahora tendrá una nueva oportunidad para volver a ganarse la confianza del técnico y tratar de darle un vuelco a su situación.
