La noche del 25 de abril de 2012 quedará para siempre en la retina y el recuerdo de todos los madridistas y no precisamente por un motivo alegre, sino todo lo contrario. El Real Madrid caía eliminado en la vuelta de semifinales de la Champions League ante el Bayern de Múnich de la forma más cruel posible: en el Santiago Bernabéu y en la tanda de penaltis. Por supuesto, ni los jugadores ni José Mourinho, entrenador blanco aquel día, tampoco podrán olvidarlo nunca.
Ha sido el propio técnico portugués el que ha reconocido que aquella tanda de penaltis protagonizó su día más triste como entrenador del Real Madrid. El de Setúbal ha desvelado que guardó las formas tanto en el campo como en el vestuario tras el varapalo recibido pero que se derrumbó y comenzó a llorar en el coche de camino a casa.
«Fue la primer y la única vez que lloré tras un partido. Obviamente no lo hice en el terreno de juego ni en el vestuario pero en el coche mientras conducía de camino a casa, sí», recordó el portugués que, además, contó un detalle que se produjo esa misma noche. «Yo estaba totalmente hundido y de pronto recibo una llamada de Jorge Mendes para que le hiciese un favor. Quería que fuese a casa de Cristiano Ronaldo porque estaba devastado. ‘Yo también estoy devastado’, le dije pero lo hice. Me preparé, me sequé las lágrimas y fui. Estábamos todos destrozados», ha revelado.
Cabe recordar que en el año 2012 el Real Madrid no había conquistado aún la ‘Décima’ Copa de Europa y que este era el gran anhelo tanto para la afición, como para la plantilla, el cuerpo técnico y la directiva. Desde 2002 con la volea de Zidane y las paradas milagrosas de un jovencísimo Casillas, el equipo blanco no había vuelto a levantar una ‘Orejona’ y, hasta la llegada de Mourinho, no se había estado tan cerca de conseguirlo.
Además, cabe destacar que el año anterior el Real Madrid había caído también en semifinales ante el FC Barcelona con mucha polémica arbitral por la expulsión de Pepe. Por lo tanto, toda la ilusión estaba puesta en la Champions en la temporada 11/12 en la que el equipo de Mourinho había conseguido también desplegar su mejor juego. Pero el fútbol es caprichoso y se guardó el más cruel de los finales en aquella ocasión para el rey de Europa.
Después de remontar la eliminatoria en los primeros veinte minutos de partido con un doblete de Cristiano Ronaldo, Robben empató el global de penalti provocando que la semifinal se marchara primero a la prórroga y después a los penaltis. Con el Santiago Bernabéu volcado, los -a priori- dos lanzadores madridistas más fiables erraron. Tanto Cristiano Ronaldo como Kaká lanzaron a la cepa del poste derecho de Neuer pero el alemán, especialmente inspirado, detuvo ambos.
Mientras, Alaba y Mario Gómez no perdonaron poniendo la tanda casi imposible para los locales. Pero, de repente, el aura del Bernabéu en este tipo de noches apareció y Casillas logró parar los disparos de Kroos y Lahm de manera consecutiva. El gol de Xabi Alonso ponía la remontada a tan solo un penalti pero Ramos envió el suyo a las nubes y acabó con el sueño blanco de la ‘Décima’. La opción de volver a ser campeones de Europa una década después se esfumaba rompiendo los corazones de todos los madridistas.