La afición del Real Madrid volvió a ser la encargada de dar el último empujón a sus jugadores antes de que estos llegasen al estadio Santiago Bernabéu. Como sucedió en la ida de los cuartos de final de la Champions contra el Manchester City, miles de aficionados del conjunto blanco se congregaron en la plaza de los Sagrados Corazones para dar la bienvenida al autobús donde iban montados los jugadores y cuerpo técnico del Real Madrid.
La alegría en el madridismo es máxima tras ver como sus jugadores lograron el pasado miércoles eliminar al Manchester City para clasificarse a las semifinales de la Champions, donde se medirán al Bayern de Múnich. Ahora, los blancos buscan dar el último golpe a la Liga contra un Barcelona que llega a esta cita tocado después de haber sido eliminado por el PSG de la máxima competición continental.
En busca del golpe a la Liga
Así, y tras este recibimiento de los aficionados al Real Madrid, el equipo blanco se presenta en el Clásico con ocho puntos de ventaja, la resaca emocional de eliminar al City en su casa con una nueva gesta europea y la oportunidad de dar el golpe final a la Liga, ante un Barcelona golpeado en su orgullo y que debe responder ante la obligación de ganar al líder.
Es el último aliento por la Liga. El del Real Madrid para cerrarla. Distanciarse once puntos en caso de triunfo con 18 por jugarse tras el clásico. La opción para centrarse en el reto de conquistar la decimoquinta tras tumbar al vigente campeón, el Manchester City, con la proeza del Etihad. Lanzado por el subidón de la tanda de penaltis que premió el ejercicio de resistencia. Con una incógnita por despejar en el gran desgaste físico.
La firmeza del Real Madrid en la Liga, enlazando 25 jornadas sin perder, con una única derrota en la visita al Metropolitano. El mejor local sin caer en una sola ocasión en el Bernabéu, donde cedió dos empates en quince encuentros. Argumentos de peso en favor del líder que, sin embargo, llega más condicionado en el físico que su eterno rival.
Todo lo que no sea una victoria, a poder ser por más de dos goles para recuperar el golaveraje particular después de perder el duelo de la primera vuelta (1-2) en noviembre, dejará al equipo de Xavi Hernández sin ningún objetivo en la temporada más allá de asegurar su participación en la próxima edición de la Champions.