El Real Madrid se encuentra ahora mismo inmerso en la locura de la competición. Su paso atrás en Liga, con una derrota muy dura ante el Betis, ha provocado que todavía sea más relevante su camino en la Champions. Su partido de ida ante el Atleti ha dejado un buen resultado, aunque las sensaciones no fueron las mejores. Por suerte para los madridistas, de cara a la vuelta será difícil que no se note la vuelta de Bellingham o que Mbappé y Vinicius vuelvan a hacer un partido tan pobre.
En la Copa, el Madrid tiene una situación muy ventajosa para llegar a la final ante el Atleti o el Barça. Nada está cerrado, pero la disputa de ambos títulos, Champions y Copa, puede suponer un incentivo adicional para no apretar todo lo posible en una Liga que hace un mes parecía casi ganada, pero que se empezó a complicar a partir de una serie de decisiones arbitrales muy desafortunadas. El equipo de Ancelotti no debería permitirse aflojar en una Liga que todavía tiene a su alcance si hace un gran tramo final.
En todo caso, esta temporada es diferente a todas las demás, puesto que del 14 de junio al 13 de julio le espera al Madrid la disputa del nuevo Mundial de Clubes. Haya como haya ido todo anteriormente, parece que esta nueva competición auspiciada por una FIFA con la que el Madrid pasa por un buen momento, resulta indiscutiblemente atractiva en lo deportivo y también en lo económico.
Al Madrid siempre le ha gustado inaugurar competiciones ganándolas, pero es que además ello podría reportarle un gran impulso económico. El Real Madrid tiene asegurados 35 millones por participar y en caso de victoria final el botín alcanzaría 145 millones. Ni siquiera ganar la Champions supone un ingreso tan alto. Por tanto, esta nueva competición puede suponer una última oportunidad para acabar con una sonrisa la temporada. No es un asunto baladí.
