La repetición del sorteo de la Champions League ha provocado que el Real Madrid haya quedado emparejado de cara a los octavos de final de la máxima competición al favorito para hacerse con el título, el París Saint-Germain. Los madridistas viajarán el próximo 15 de febrero a la capital gala, mientras que recibirán en el Santiago Bernabéu el 9 de marzo a los Messi, Ramos, Mbappé y cía. Un equipo de ensueño, que además cuenta con el beneplácito de la UEFA de Aleksander Ceferin, que en los últimos años y, sobre todo, meses le ha mimado más de lo normal.
No es ningún secreto que para el organismo que rige el fútbol europeo, el PSG es uno de sus favoritos. Desde la llegada de la familia real qatarí al accionariado del club, se ha remado en favor de convertirlo en uno de los grandes del continente. Pero ha sido en los últimos meses cuando más evidente se ha hecho. Con Ceferin tocado tras el anuncio de la Superliga, desde UEFA se optó por proteger al conjunto galo.
Si hoy por hoy el PSG es candidato a todo, es en gran parte gracias al ente con sede en Nyon. Además de hacer de manera habitual la vista gorda en lo que respecta al respeto del fair-play financiero, en los últimos veranos ha sido aún más descarado. Más aún tras la amenaza que suponía para el actual presidente de la UEFA la creación de una competición paralela con los grandes equipos del continente.
Para evitar un apoyo mayoritario por parte de los clubes, desde UEFA quisieron flexibilizar su normativa del fair-play financiero, favoreciendo principalmente a los proliferantes clubes-Estado, como son el PSG, el Manchester City o, más recientemente, el Newcastle. Gracias a esa relajación de medidas, los galos han podido firmar en un mismo verano a Ramos, Messi, Achraf, Donnarumma o Wijnaldum, pese a presentar pérdidas el pasado curso.
El ascenso del PSG en importancia dentro de la UEFA ha sido considerable en apenas un año. El club parisino ha aprovechado la oportunidad brindada por el organismo continental para mejorar su posición en las altas esferas europeas y, prueba de ello, es la llegada a la presidencia de la ECA –Asociación de Clubes Europeos– de Nasser Al-Khelaifi, el máximo mandatario del PSG.
El Madrid, en el punto de mira de Ceferin
La situación del PSG contrasta con la del Real Madrid en los últimos tiempos. El conjunto blanco ha sido el principal perjudicado por el proyecto de la Superliga. Para Ceferin, el proyecto es una gran amenaza, lo que le ha llevado a tomarla con el presidente de la competición y del club madridista, Florentino Pérez, que además es muy crítico con el inmovilismo del mandatario de la UEFA para buscar soluciones y evitar la quiebra de según qué equipos.
El esloveno ya amenazó a los madridistas, junto al Barça y la Juventus, con privarles de participar en toda competición organizada por ellos. Finalmente, la justicia tumbó la idea inicial de Ceferin, que estuvo a punto de abrir un expediente sancionador a los tres implicados.
Ahora, esta rivalidad suma un nuevo capítulo. El Real Madrid ha sido, casualmente, el único equipo perjudicado en el sorteo de los octavos de final de la máxima competición. Los madridistas habían quedado encuadrados ante el Benfica portugués, en el primero de los enfrentamientos que resultaron del sorteo y en el que sí metieron las bolas que debían. A partir de ahí llegó el lío, pero en lugar de respetar lo que la suerte decidió, se repitió entero de nuevo, cayendo el PSG.
Los blancos deberán medirse al conjunto parisino, el principal favorito para hacerse con la Liga de Campeones en la presente temporada, o al menos hasta antes de quedar emparejados con los de Ancelotti. Aún así, el Real Madrid no teme al equipo de ensueño que ha formado Al-Khelaifi en París, conscientes de que será complicado ya no sólo sobre el césped.
