Los fantasmas se le vuelven aparecer a Kepa Arrizabalaga. Otra vez. El portero vasco llegó en el mes de agosto al Real Madrid con la vitola de portero titular. El infortunio que sufrieron los blancos con la grave lesión de Courtois justo antes del debut liguero, provocó un movimiento rápido de la dirección deportiva madridista en busca de un guardameta. El elegido fue el internacional español, que estaba a un paso de firmar por Bayern de Múnich, pero la llamada desde Valdebebas le llevaron a cambiar los planes.
Kepa no dudó en decir que «sí» de manera inmediata a la propuesta del Real Madrid, que tardó muy poco en llegar a un acuerdo con el Chelsea para cerrar una cesión sin opción de compra donde los madridistas pagaron tres millones de euros. Tras ver en el banquillo el encuentro contra el Almería, frente al Celta fue titular y ya nadie le movería, hasta que en el calentamiento previo al encuentro de Champions contra el Sporting de Braga sufrió una lesión muscular que devolvió la titularidad a Lunin.
Ancelotti tenía claro que en cuanto Kepa estuviese bien iba a regresar a la portería. Lo tenía tan claro que lo manifestó tras el duelo contra el Cádiz, donde Lunin dejó, otra vez, la portería a cero. Después, llegó Nápoles y Granada, donde Kepa ya estaba listo, pero el italiano decidió que viese el partido desde el banquillo. Se daba por hecho, a tenor de las palabras del entrenador semanas antes, que frente al Betis iba a llegar la rotación en la portería, pero en la previa de dicho encuentro dejó una puerta abierta que finalmente ha dado paso al único gran debate que en estos momentos rodea el día a día del Real Madrid. Parece mentira, pero la portería asume el mayor foco informativo.
El próximo martes, el Real Madrid jugará contra el Unión Berlín un partido de Champions intrascendente. Los blancos sólo se juegan el dinero por ganar y acabar la fase de grupos con pleno de victorias. El trabajo importante ya está hecho. En estos momentos, desde el cuerpo técnico madridista, se decantan porque Kepa sea el portero ante los alemanes, pero se mantenga o no esta decisión, el debate continuará hasta el duelo contra el Villarreal salvo que Ancelotti se encargue de cerrarlo, algo que parece poco probable.
Kepa llegó como portero titular del Real Madrid. Para Llopis, entrenador de guardametas blanco y que le conoce a la perfección, era su arquero de confianza por delante de Lunin. Pero la profesionalidad y los buenos partidos del ucraniano han llevado al vasco a vivir una situación que no es desconocida para él. Cuando parece que todo va bien… algo se tuerce.
Las desventuras de Kepa
Kepa puede seguir presumiendo a día de hoy de ser el portero más caro de la historia. Nadie ha pagado por un arquero 80 millones de euros, como sí hizo el Chelsea al Athletic en el verano de 2018. Pero su carrera también ha estado llena de contratiempos extraños. El primero, curiosamente, está relacionado con el Real Madrid. Meses antes de ir a Londres, en aquel mercado de invierno, llegó a pasar reconocimiento médico con la entidad madridista, pero Zidane decidió frenar el fichaje.
Meses después se fue al Chelsea, donde fue intocable hasta que Frank Lampard se cruzó en su camino y todo cambio. El ex jugador del Chelsea decidió darle la titularidad a Mendy y, tras el cese del entrenador inglés, Tuchel mantuvo esa apuesta. Cayó el alemán, previa conquista europea, y llegó Potter, lo que permitió al vasco volver a ser titular. El pasado curso, los londinenses volvieron a confiar en Lampard, pero Kepa ya no se movería, aunque en verano ficharon a Robert Sánchez, lo que le abrió de par en par la puerta de salida… con rumbo al Bernabéu.
Y con España también le ha tocado sufrir. Luis Enrique decidió no contar con él, pero con la llegada de Luis de la Fuente se daba por hecho que volvería, no sólo a ser internacional, sino también titular. Siempre había sido el portero del riojano en las categorías inferiores. En la primera convocatoria, sin Unai Simón, así fue, pero tras regreso del meta del Athletic pasó a ser el segundo portero, condición que aún mantiene.
