Vinicius Junior y Eduardo Camavinga protagonizaron uno de los momentos del fin de semana con una particular cena rodeados de peces y tiburones en un oceanográfico. Sin saber muy bien qué iban a degustar, pues le llegaron incluso a preguntar al camarero, las estrellas del Real Madrid disfrutaron de una velada de lo más original contemplando a todo tipo de especies marinas.
Sin quitarle ojo a los movimientos de estos animales, los compañeros de equipo desconectaron después de un duro entrenamiento con una cena que posiblemente no olvidarán nunca. Esta, a su vez, sirvió de promoción a Dubai, patrocinador oficial del club que busca en la marca madridista una vía para atraer turistas.
Aprovechando el fin de semana sin fútbol, Vinicius y Camavinga, que son buenos amigos dentro y fuera del campo, probaron todo tipo de alimentos relacionados con el mar, una experiencia única a la espera de que llegue la hora de la verdad contra el Manchester City en la ida de los cuartos de final de la Champions League que disputarán el próximo martes en el Santiago Bernabéu.
Vinicius y Camavinga se desfondan antes del City
Antes de esta cena, Vinicius y Camavinga, al igual que el resto de sus compañeros, se enfrentaron al entrenamiento más duro de la semana, orquestado por Carlo Ancelotti. El cuerpo técnico sigue preparando en Valdebebas a unos jugadores que están trabajando a destajo. No queda otra. Desde el pasado miércoles, el italiano y su equipo han preparado sesiones largas e intensas donde los jugadores del Real Madrid terminan exhaustos.
El momento de centrarse en la táctica llegará durante este fin de semana, donde no descansarán los madridistas, pero en estos días lo importante ha sido cargar las piernas con entrenamientos muy intensos. Lo más importante es que Ancelotti puede contar con toda su plantilla disponible, salvo con Thibaut Courtois y David Alaba. El resto está trabajando con absoluta normalidad. Incluido Dani Ceballos, que ha superado una pequeña sobrecarga que le hizo trabajar en el interior de las instalaciones.
El entrenamiento del pasado viernes arrancó en la ciudad deportiva con un calentamiento articular, rondos y ejercicios de activación con y sin balón. A continuación, el equipo llevó a cabo trabajo táctico sobre el césped y ejercicios de circulación de balón. La sesión finalizó con varios partidos en un campo de dimensiones reducidas.
Ancelotti en estos días también está tratando de resolver las pequeñas dudas que tiene de cara al duelo contra el City. La principal está en el centro de la defensa, donde el italiano tiene que decidir si apuesta Aurélien por Tchouaméni o por Nacho Fernández. Desde Valdebebas aseguran que en estos momentos tanto el francés como el capitán tienen las mismas opciones. Es decir, todo está al 50%. Pero la realidad es que si el partido fuese mañana, el italiano se decantaría por el galo.
Lo que está claro es que Antonio Rüdiger será el jefe de la defensa y el hombre encargado de frenar a Erling Haaland. La pasada temporada, en el partido de ida, ya que en la vuelta Ancelotti le dejó en el banquillo de manera incomprensible, tuvo una actuación antológica desactivando cualquier opción del noruego de marcar gol. Este curso, deberá repetir el papel que con tanto acierto desempeñó la pasada temporada.
