El Real Madrid tiene el que puede ser el mejor centro del campo del panorama futbolístico actual. Ningún club en Europa se acerca al poderío que tienen los blancos en la medular. Físico, juventud, calidad, potencia y experiencia. Cualidades que convierten a los blancos en una máquina muy complicada de frenar y a la que Carlo Ancelotti tendrá que saber ajustar. Siete futbolistas para cuatro puestos -mientras Mbappé siga siendo jugador del PSG-. Un bendito rompecabezas para el italiano.
Tchouaméni, Kroos, Modric, Ceballos, Camavinga, Bellingham y Valverde componen una medular a la que hay que añadirle a Nico Paz, canterano que está haciendo la gira por Estados Unidos con el primer equipo, y a Arda Güler, que alternará el ataque con el centro del campo. Calidad a raudales que permiten al Real Madrid estar muy tranquilos en esa zona.
El Real Madrid lleva tiempo construyendo el que será el centro del campo del futuro. La CMK, un tridente de leyenda, ha ido dejando paso a la juventud de Valverde, Camavinga, Tchouaméni y, ahora, un Jude Bellingham que ha caído de pie en el conjunto blanco.
La primera gran muestra de poderío en el centro del campo se vio ante el Manchester United. Bellingham y Camavinga, ambos con muchas opciones de ser intocables, independientemente del esquema por el que apuesta Ancelotti, dieron un auténtico recital junto a Tchouaméni, que esta temporada debe subir su nivel y demostrar el tipo de jugador que es, y Luka Modric. El croata, al igual que Kroos, tendrán su protagonismo, aunque este curso rotarán más que el anterior.
No obstante, en esa comparación que siempre se hace entre veteranos y jóvenes, Ancelotti está muy tranquilo. «Tenemos un equipo sin egos y eso es muy sencillo para manejar el vestuario. El equipo está bien, con buen ambiente y motivado. Queremos trabajar bien para empezar bien la temporada», asegura el técnico tras vencer al United.