Aleksander Ceferin está obsesionado con expulsar a Real Madrid, Barcelona y Juventus de la próxima edición de la Champions League. El presidente de la UEFA quiere dar un golpe sobre la mesa para que nunca más exista una rebelión en el fútbol europeo a costa de dejar fuera de su competición estrella a tres clubes que suman 20 títulos.
La apertura del expediente sancionador a estos tres históricos es el vehículo que va a tomar Ceferin para resolver que no participen en la próxima edición de la Champions League como pronto. La idea del dirigente esloveno, según fuentes de la UEFA, sería apartarles durante dos temporadas para contentar a clubes amigos como el Paris Saint Germain –muy interesado en esta sanción para mantener a Mbappé–.
Real Madrid, Barcelona y Juventus se aferran a un dictamen judicial para salir indemnes de la ira de Ceferin. Los otros nueve clubes ‘rebeldes’ de la Superliga ya acordaron hacer un pago de 15 millones entre todos y además cada uno perderá un 5% de los ingresos que generen en las competiciones europeas.
Los clubes de la Superliga tienen confianza en que los tribunales ordinarios y deportivos les den la razón ante el evidente monopolio de la organización dirigida por Ceferin y que éstos impidan al esloveno una sanción que sería un escándalo. El objetivo de estas entidades siempre ha pasado por intentar alcanzar un acuerdo con una UEFA que no atiende a razones.
Duelo de comunicados
«Tras una investigación llevada a cabo por los inspectores de ética y disciplina de la UEFA, en relación con el proyecto de la llamada Superliga, se han abierto procedimientos disciplinarios contra el Real Madrid CF, el FC Barcelona y la Juventus FC por una posible violación del marco legal de la UEFA. Se proporcionará más información a su debido tiempo», fue el comunicado a través del cual Ceferin se armaba para soltar una bomba que podría estallar después de la Eurocopa.
La Superliga, por su parte, admitió que «no cederemos a ningún tipo de coacción ni presión intolerable», al mismo tiempo que volvió a atacar a Ceferin por creerse el dueño del fútbol. «La apertura de un expediente disciplinario por parte de UEFA es del todo incomprensible, y atenta directamente contra el Estado de derecho que democráticamente hemos construido los ciudadanos de la Unión Europea. Además, constituye una falta de respeto a la autoridad de los propios tribunales de justicia», aseveraron.
Tras haber pasado casi dos meses del anuncio de la Superliga, las posturas siguen muy enquistadas. Ceferin se la tiene jurada a los tres clubes que convirtieron a la UEFA en una organización de vanguardia capaz de competir con la FIFA en cuanto interés y repercusión. El mandatario esloveno parece haber olvidado el refrán de «es de bien nacido ser agradecido».