El Real Madrid volvió a ponerse el traje de las grandes noches ante el Chelsea. Partido muy sólido de los de Ancelotti, que dejaron encarrilada la eliminatoria, dejando sensaciones de una absoluta superioridad sobre su rival. Uno de los que más destacó fue Dani Carvajal, que volvió a sacar su mejor versión en Champions, demostrando una vez más que en los momentos importantes es un seguro para el equipo. Algo que ya se vio ante el Liverpool o en el Clásico de Copa y que, de nuevo, demostró en la ida de los cuartos ante los ingleses.
Sólido atrás, expuso todo su potencial físico sobre el césped, siendo uno de los hombres clave en la presión del equipo en campo contrario y determinante también en ataque. El de Leganés volvió a ser ese puñal por la derecha que le han llevado a desarrollar una carrera gloriosa en el conjunto blanco.
Desde el lateral derecho cuajó una actuación más que reseñable, apareciendo más de tres cuartos en adelante que en su parcela habitual. El sistema defensivo de Lampard empezó a hacer aguas por sus asociaciones constantes con Valverde y Rodrygo y, sobre todo, cuando aprovechó la superioridad en el costado de los blancos para atacar por el interior para darle un caramelo a Vinicius.
Junto al gol que le hizo al Sevilla en la Supercopa del 2016, el balón a Cristiano para su chilena contra la Juventus o el centro que permitió remontar la eliminatoria ante el City el pasado año figura ya el exquisito pase que sirvió al brasileño gracias al que Benzema abrió el marcador. Una acción que sirvió para demostrar que Carvajal sigue estando, que nunca se ha ido, porque a pesar de las dudas y duras críticas de los últimos tiempos, como al Madrid, para matarle no basta con que esté enterrado y siempre acaba volviendo.
Quien no duda de él es Ancelotti. El técnico mantiene su confianza ciega en Dani, que, como apuntó en rueda de prensa, «en los partidos importantes no falla, siempre cumple». Algo que le ha permitido convertirse en uno de los veteranos del equipo tras una década de blanco y ser, junto a Benzema y Modric, el único que ha estado de inicio en las cinco últimas finales de Champions jugadas por el Real Madrid.
Como ya sucediera en la eliminatoria anterior o en el último encuentro contra el Barça, Carvajal sacó su mejor cara en otra noche de miércoles primaveral en el Bernabéu. Como cada año, en el momento decisivo del curso, cuando se juega por los títulos, recupera su mejor nivel y se muestra como el animal insaciable que es, para dejar patente una vez más que hace falta buscar –y mucho– para encontrar otro en el puesto a su altura.