Una nueva sociedad emerge por Valdebebas. Una sociedad hispano-inglesa que se entiende a la perfección tanto dentro como fuera del campo. Jude Bellingham y Brahim Díaz se complementan muy bien en el terreno de juego, algo que Carlo Ancelotti y el Real Madrid valoran muy positivamente. La amistad que ambos han forjado desde el primer día en el que coincidieron en el club blanco la han trasladado al césped, donde ya empiezan a sumar para los madridistas.
Sin ir más lejos, el gol ante el Betis del pasado sábado fue una conexión entre estos dos jugadores. Tras una bella jugada llena de calidad, Brahim recibió en la frontal, levantó la cabeza, asistió a Bellingham y el inglés, que no conoce eso de ponerse nervioso, definió a la perfección para hacer el primer gol del partido. Ambos celebraron juntos el tanto, demostrando la afinidad que tienen.
Esta fue la primera jugada entre ambos que acabó en gol, pero la realidad es que los dos se buscan constantemente dentro del terreno de juego. Se comprenden, se entienden y combinan con muchísima facilidad, lo que mejora notablemente el juego del Real Madrid. Son dos jóvenes con mucho talento y un sólo objetivo: triunfar en el club de las 14 Copas de Europa.
Bellingham – Brahim, una amistad que va más allá
La relación entre Bellingham y Brahim va más allá del terreno de juego. Ambos han forjado una grandísima relación en los pocos meses que llevan compartiendo vestuario. El buen inglés que tiene el malagueño, ya que jugó en el Manchester City, lo facilita absolutamente todo. Jude no ha tardado en integrarse en el vestuario, donde ha hecho piña con Vinicius, Rodrygo, Camavinga y Tchouaméni, pero su primer amigo fue Brahim, con el que coincidió en los primeros días de pretemporada.
Nada más aterrizar en el Real Madrid, los dos, junto a Arda Güler, compartieron una cena donde dieron el pistoletazo de salida a una relación que demuestran dentro y fuera del campo. Ambos se llevan muy bien y esto, obviamente, ayuda a que su compenetración en el césped sea máxima.
Además, los dos comparten una vida parecida, ya que salieron muy jóvenes de sus países. Brahim se fue a Inglaterra y Bellingham a Alemania. Además, siempre han estado viviendo con su familia, quienes les han protegido y guiado por la senda de lo correcto. Y los dos tienen unos valores muy parecidos, lo que genera un gran feeling entre ambos.
Bellingham es uno de los hombres más queridos de un vestuario madridista que es una auténtica familia, pero la relación que tiene con Brahim es especial. Los dos jóvenes son el presente y el futuro de un equipo blanco que tiene una gran base para seguir creciendo a lo largo de los años. Y, lo más importante para el club, es que la buena química que mantienen ellos se puede trasladar al resto de la plantilla. El buen ambiente reina por Valdebebas, donde nacen sociedad como esta, que está llamada a dar muchas alegrías al madridismo.