Gareth Bale y James Rodríguez no entraron en la convocatoria del Real Madrid para el duelo ante el Betis, por lo que lo vieron desde la grada del Santiago Bernabéu, concretamente desde los lujosos palcos que tienen los jugadores. La situación es tensa, sobre todo todo con el galés por su viaje a Londres y su posible marcha incluso en enero, pero no parece preocupar a Bale demasiado lo que se pueda decir de él.
Este sábado, el extremo volvió a marcharse del Santiago Bernabéu antes de que terminara el partido, pasado el minuto 80. Que no infrinja ninguna normal del reglamente interno del Real Madrid, que permite a los jugadores irse del estadio a partir de 10 minutos antes del final, no quiere decir que sea un gesto de poco compañerismo y que denota pasotismo, pues el conjunto blanco estaba empatando y trataba de marcar un gol para conseguir los tres puntos. Ni por esas, Bale de nuevo cogió su coche y se marchó antes del pitido final.
Tampoco aguantó hasta que terminó el choque James Rodríguez, que pocos minutos después de que lo hiciera Bale también abandonó el Santiago Bernabéu. Dos jugadores que no jugaron este sábado, el primero por lesión y el segundo por su reciente paternidad, y que con este gesto lo único que pueden conseguir es que Zidane y sus compañeros les den un toque de atención.
El técnico fue cuestionado por este hecho en la rueda de prensa posterior al partido ante el Betis, pero el francés prefirió no entrar en polémicas y sacó la cara por sus futbolistas: «Los dos jugadores vinieron antes del partido a animar a los demás y eso es lo más importante». Eso es lo que dijo de puertas para afuera, de puertas para adentro habrá que ver si hay reprimenda por parte del galo…