El vestuario del Real Madrid no ha recibido con sed de venganza el emparejamiento contra el Chelsea de cuartos de final de la Champions. A pesar de que la temporada pasada los londinenses apearon a los blancos en las semifinales de la máxima competición continental, la caseta madridista ha encajado el emparejamiento con “enorme frialdad”. “Nadie ha hablado de venganza”, aseguran desde dentro del club madridista. Los hombres de Carlo Ancelotti tienen ganas de estar en la siguiente ronda, pero el hecho de jugar contra los ingleses no ha aumentado ese deseo, que ya por sí solo es muy elevado.
“Los jugadores saben que el año pasado no hubo siquiera pelea y que se cayó sin presentar apenas batalla”, explican desde el vestuario. La realidad es que el pasado curso el Chelsea, que a la postre terminó siendo campeón de la Champions, fue mejor que los madridistas tanto en el estadio Alfredo di Stéfano, donde los hombres de Zidane obtuvieron un meritorio empate a uno, como en Stamford Bridge. Sólo la falta de puntería de los ingleses permitió a los blancos llegar a los últimos cinco minutos de la eliminatoria a un gol de forzar la prórroga.
Esto no impide que la plantilla madridista esté muy motivada con esta eliminatoria. No hay sensación de venganza, pero sí hay un deseo enorme de ganar para poder estar en semifinales, donde esperarían Manchester City o Atlético de Madrid. Además, el jugar siempre la vuelta en el Santiago Bernabéu motiva especialmente a los madridistas. Tras lo vivido ante el PSG en octavos de final, los de Ancelotti saben perfectamente que el apoyo del público puede ser determinante para hacer grandes cosas en esta edición de la Champions. Lo que tienen claro es que van a competir hasta el final contra todos sus rivales.
