«Prohibido relajarse». Ancelotti tiene claro que sus jugadores deben subir el nivel si no se quieren sufrir más de lo deseado ante un Leipzig que en el partido de ida celebrado en Alemania, el Real Madrid ganó con una genialidad de Brahim Díaz, pero sufrió mucho durante varias fases del encuentro. De hecho, Lunin hizo nueve paradas, superando el registro de Courtois en la final de la Champions de 2022 contra el Liverpool.
Ancelotti es plenamente consciente de que sus jugadores no están en el mejor momento de la temporada. Como pasa en todas las temporadas, el equipo tiene un momento de bajón futbolístico, que no físico. Los números dicen que el depósito de gasolina de su plantilla está lleno, por lo que este bajón es más de lucidez con la pelota que otra cosa. En el vestuario lo califican de «mala racha».
No obstante, Ancelotti ha querido ser claro con sus jugadores en los días previos al Leipzig y se lo ha hecho saber tanto el domingo como el lunes a sus futbolistas. No hay espacio para la relajación. La ventaja es mínima y el italiano sabe que los alemanes, como mínimo, lo intentarán. En la concentración de sus jugadores está el vivir una noche tranquila o ver como se complica en exceso.
«El partido de la ida contra el Leipzig fue difícil, aunque tuvimos muchas oportunidades. Ahí tenemos que mejorar y ser más peligrosos porque mañana va a ser un partido diferente. Ellos jugarán más en transición que nosotros. Manejar esto a nivel defensivo va a ser muy importante», aseguró Ancelotti en rueda de prensa.
Un bache esperado
«No estamos finos», aseguran en el Real Madrid cuando son preguntados por el momento que atraviesa el equipo. Lo esperaban, pero esto no evita que les preocupe. No hay sensación de alarma, pero saben perfectamente que no están igual que hace unas semanas. Y como ejemplo vale los dos goles que concedieron en Mestalla.
El primero llegó tras un error en salida de balón de Valverde y una falta de contundencia de Vinicius que terminó propiciando el tanto de los de Rubén Baraja. Y en el segundo, Dani Carvajal cometió un error que el de Leganés sabe que no puede suceder. Cedió el balón a Lunin, pero la pelota se quedó corta, dejó vendido al ucraniano y Yaremchuk no perdonó. Dos fallos preocupantes.
El vestuario del Real Madrid no duda en hacer autocrítica y reconocer que les falta fútbol, solvencia y lucidez desde hace varios partidos. En concreto, desde que ganaron por 4-0 al Girona en el estadio Santiago Bernabéu. Después, vencieron con un enorme sufrimiento al Leipzig en la ida de los octavos de final de la Champions, empataron ante el Rayo, ganaron por la mínima al Sevilla y firmaron tablas contra el Valencia.
En el Real Madrid coinciden en que no hay ninguna explicación científica para arrojar luz al momento que está atravesando el equipo. Simplemente, desde el cuerpo técnico de Ancelotti entienden que este irregular momento se debe a un bache que todos los equipos atraviesan y que Ancelotti sabía que antes o después iba a llegar. Los blancos no están tan excelsos como hace unos meses, pero la realidad es que la mayoría se cambiarían por ellos.
En un comienzo de año regular, han ganado un título, como fue la Supercopa de España, fueron eliminados con mucha polémica de la Copa del Rey ante el Atlético, se mantienen en lo más alto de la Liga con ventaja respecto a sus perseguidores y llegan a la vuelta de los octavos de final de la Champions muy bien colocados para estar en cuartos.
Además, Ancelotti y su equipo coinciden en que este bache es mejor que llegue ahora y no más adelante, cuando los títulos se ponen en juego de verdad. Los blancos, que no están para exhibiciones, esperan subir el nivel en los siguientes partidos, siendo el duelo contra el Leipzig la oportunidad perfecta.
El Real Madrid no olvida la noche de Ajax
El ejemplo que el Real Madrid no quiere volver a repetir es la noche en la que los blancos cayeron contra el Ajax en el estadio Santiago Bernabéu. Los madridistas ganaron 1-2 en la ida y perdieron 1-4 en la vuelta. Una derrota sonrojante que apeó al equipo de Santiago Solari de la máxima competición continental en octavos de final.
Esa noche, además, vieron como Vinicius Junior se lesionaba para, prácticamente, lo que restaba de temporada. Es decir, en la noche en la que Ajax asaltó el Bernabéu, los blancos perdieron a un joven Vini que estaba tirando del equipo y el proyecto de Solari, si en algún momento hubo proyecto, saltó por los aires.
