Como nadie les dijo que era imposible, lo hicieron. El Real Madrid ganó en el Stade de France la Decimocuarta para poner la guinda a una Champions de película. Una montaña rusa de emociones, donde los hombres de Ancelotti estuvieron contra las cuerdas en un sinfín de ocasiones, pero siempre se levantaron para terminar tocando la gloria en París. Hay un gran número de momentos para recordar en esta andadura de los blancos por el Viejo Continente, pero vamos a repasar los 10 más importantes.
El gol de Rodrygo en Milán
La primera piedra de la Decimocuarta. Pocos se acuerdan de este momento, pero permitió a los blancos empezar con tres puntos clave su participación en la fase de grupos. Como si de un avance de lo que iba a venir se tratase, en el último minuto Valverde pasó a Camavinga, el francés al brasileño y gol de la victoria.
La derrota contra el Sheriff
Este humilde equipo moldavo asaltó el Bernabéu en la segunda jornada de la fase de grupos. Un resultado tan histórico como sonrojante que fue un antes y un después. Un toque de atención que activó a Ancelotti y sus chicos. Por aquel lejano mes de octubre nadie se podía imaginar jugar una final que, en ese momento, iba a ser en San Petersburgo.
El primer capítulo de la Vergüefa
El sorteo de octavos de final de la Champions emparejó lícitamente al Real Madrid con el Benfica. Luego, la UEFA hizo el ridículo y decidió repetir unos cruces que emparejaron a los blancos con el PSG. Lo que vino después ya es historia. En París, el organismo presidido por Ceferin volvió a dejar mucho que desear.
El penalti de Messi
Tras un asedio del PSG, cuando se cumplía la hora de partido en el Parque de los Príncipes Mbappé encaraba por enésima vez y Carvajal le derribaba en un claro penalti. El encargado de tirar la pena máxima fue Messi y el que se puso el traje de héroe fue Courtois para pararlo. El Real Madrid terminó perdiendo esa noche 1-0, pero el resultado fue lo suficientemente corto para darle la vuelta en el Santiago Bernabéu.
Los goles anulados a Mbappé
La vuelta contra el PSG se recordará por esa media hora mágica donde Benzema hizo tres goles para llevar a los blancos a cuartos, pero antes de todo eso hay que recordar que Mbappé hizo tres tantos, aunque sólo valió uno. Una diana en el primer tiempo anulada por fuera de juego cuando en el marcador todavía lucía el empate a cero y otra nada más comenzar la segunda parte invalidada por idéntico motivo sujetaron a los blancos. Centímetros que sonrieron al Real Madrid.
El fallo de Lukaku
Ya en cuartos de final es cierto que el Real Madrid superó en la ida al Chelsea. Stamford Bridge fue testigo de cómo los blancos dominaban al campeón de Europa. Pero los ingleses también tuvieron ocasiones, especialmente con Lukaku. El belga salió en la segunda mitad y a los 68 minutos se quedó sólo en el área, pero no fue capaz de encontrar portería. Se salvaron los blancos.
La mano de Alonso
En la vuelta el Chelsea, que llegó a España disfrazado de cordero, fue capaz de dar la vuelta a la eliminatoria. Se puso 0-3 en el marcador obligando a los blancos a remontar, pero podría haber sido peor. Minutos antes del tercero fue Marcos Alonso el que batió a Courtois, pero el balón, con otro guiño del destino, le golpeó en el mano justo antes del disparo. La regla dice que eso no vale y, tras ser analizado por el VAR, la diana quedó anulada.
Mahrez, sus errores y la sangre de Karim
En esas siete vidas, Mahrez también es protagonista. Y es que, si en la acción de Foden fue él el que estrelló previamente el balón en el palo, con 4-2 en el marcador perdonó ante Courtois el quinto con un disparo cruzado que se marchó fuera por muy poco. Antes de terminar el partido, Benzema, el mejor del mundo, marcó un 4-3 vital de penalti.
Mendy y Rodrygo camino a París
En la vuelta el Manchester City fue superior, se adelantó y pudo sentenciar. Se veían en París. Entonces, Mendy salvó una pelota bajo la línea de gol y Rodrygo apareció en escena para forzar una prórroga que terminó haciendo buena Benzema.
Los milagros de Courtois
La decimocuarta Champions League tuvo dos protagonistas indiscutibles. Uno de ellos fue el goleador Vinicius, pero tan importante, y seguramente aún más, fue Thibaut Courtois. El portero completó un recital de paradas que amargaron por completo al Liverpool, especialmente a Mohamed Salah, que se topó varias veces con el portero belga. Una actuación descomunal que le permitió tocar el cielo en París. Hasta seis milagros firmó en una noche que no olvidará jamás.