Habrá Clásico en la final por el primer título de la temporada. El Real Madrid se convirtió en el segundo contendiente tras derrotar al anfitrión, Lenovo Tenerife, en un encuentro igualadísimo (70-72) y en el que los blancos no se encontraron hasta el último cuarto, en el que culminaron una remontada explicada desde la labor de dos de los nuevos. Guerschon Yabusele y Nigel Williams-Goss fueron los líderes, junto a Causeur, del sorpasso que nadie esperaba después de dos cuartos y medio sin anotar un solo triple.
Tenerife, con Shermadini como casi siempre haciendo las veces de referencia ofensiva, luchó hasta el último momento y pudo soñar debido a la eliminación por faltas de los dos pívots madridistas, Tavares y Poirier, ambos con una labor notable al rebote en su tiempo en cancha pero desafortunados con las personales.
Los locales, espoleados por una afición que ponderó en el partido, después de muchos meses de ausencia, tomaron ventaja en el luminoso dentro de un choque en el que primero el desacierto y después la subida del nivel defensivo de ambos hizo que se jugara a pocos puntos. Ahí el Madrid, lejos de la incomodidad que se le presupone, se adaptó para mantenerse agazapado y a la espera de mejorar el acierto.
«La clave es meterlas», contestaba al descanso un irónico Pablo Laso sobre qué hacer para darle la vuelta al marcador. Pasaron 25 minutos, dos cuartos y medio y a falta de 5:16 para el final del tercer cuarto, llegaría el primer triple del Madrid, obra de Adam Hanga, otro de los destacados del día por su labor en ambos aros. Hasta entonces, un 0/17 que al final fue un 4/28, maquillado entre otros por un Williams-Goss que fue el termómetro del equipo y despertó a tiempo para liderar los ataques como se le pide y aún no había podido lograr.
Ya sin Poirier ni Tavares pero con el mando del marcador, Laso volvió a confiar en los franceses y Hanga, mientras Rudy se dolía en el banquillo de una lesión de rodilla que esperemos no sea grave pero no tiene buena pinta. Con oficio, galones y Causeur como eje de la sangre fría, el Madrid se hizo con el triunfo y mañana domingo luchará con el Barça por hacerse con su cuarta Supercopa consecutiva. Habemus Clásico.