El Real Madrid asaltó el Buesa Arena con una pasmosa facilidad para extender su racha ganadora en la Euroliga. Los chicos de Pablo Laso destrozaron en el segundo cuarto a un Baskonia que no metió un triple ni por casualidad y que encajó 30 puntos en dicho periodo para ser sentenciado antes de la segunda mitad.
Los blancos, que ganaron en la Liga Endesa con una canasta sobre la bocina de Deck, no tuvieron que llegar a esa suerte en un esfuerzo coral que tuvo en la línea de tres puntos a su principal baluarte con un espectacular 10 de 23 en el global. Jordan Mickey y Rudy Fernández se combinaron para firmar 40 puntos de valoración.
Los visitantes establecieron su jerarquía con un 0-8 de salida. Desde ese momento, los vitorianos fueron en el marcador a remolque todo el tiempo sin poder tener opciones de una remontada. En el segundo cuarto, esa percepción se hizo realidad con un parcial de 0-11 de salida. Baskonia era un juguete roto en manos de un Madrid que tenía ambición desmedida.
La movilidad de Jordan Mickey hacía estragos en los pívots grandullones de Baskonia. El americano hizo daño y se combinó con Thompkins para convertirse en una pesadilla para la defensa local. Al descanso, el Madrid lució músculo con 16 tantos de ventaja.
En la segunda mitad, los locales quisieron reaccionar más por orgullo que por otra cosa. Se llegaron a acercar a la frontera de la decena de puntos, pero en plena reacción apareció un gran Rudy Fernández para desbaratar la intentona local a base de triplazos. El último cuarto sobró. El Madrid pudo hasta rotar y sellar su décima victoria consecutiva en la Euroliga para amenazar el liderato de Anadolu Efes. Lo que parece evidente es que el Baskonia vive un momento muy malo de forma y hasta el técnico Perasovic puede ver su puesto en peligro.
