El Sevilla torea al Madrid
El Sevilla toreó al Real Madrid en el Pizjuán. Le toreó con el capote, con la muleta, le puso banderillas, le hizo tres quites, le estoqueó y le descabelló. Le dio matarile. El esmoquin blanco de la gala del The Best se ensució en el coso hispalense. Y se ensució más de vergüenza que de césped. Un durísimo 3-0 (y gracias) ante un equipo que fracasa cada vez que pone el pie en una plaza grande. Primer varapalo, segundo si se cuenta la Supercopa de Europa, para el proyecto de Lopetegui, que se marcha tocado de Nervión y encima le viene el Atleti.
Lopetegui fue conservador. Como Rajoy, mire usté. Como no estaba Carvajal, en lugar de apostar por el atrevido Odriozola optó por el obediente y cumplidor Nacho. El Pizjuán le infundía miedo (o respeto) al técnico del Real Madrid y no era para menos vistos los últimos precedentes de los blancos en Nervión. El resto, lo esperado. La ausencia de Isco allanaba el sitio para Asensio como tercer tenor arriba junto a Bale y Benzema. Los demás, los de siempre. Y de portero Courtois, claro.
Y con esos once y la tranquilidad-oportunidad de la derrota del Barça en Leganés afrontaba el Real Madrid la visita al dentista de cada año en el Pizjuán. Concretamente, 18 segundos el Sevilla en avisar a los blancos de que lo iban a pasar mal, muy mal. Fue un despiste de Varane, que permitió a André Silva plantarse solito ante Courtois, que sacó una mano milagrosa cuando ya estaba medio vencido para evitar un 1-0 cantado.
Los primeros diez minutos fuero un suplicio para el Real Madrid. Sufrió como Chewbacca haciéndose la depilación a la cera. El Sevilla percutió, sobre todo por el costado de Nacho, y los blancos resistieron. Poco a poco, al filo del cuarto de hora, el equipo de Lopetegui se fue estirando. Pero los de Machín volvieron a tener un gol cantado. Esta vez Ben Yedder la echó al cielo de Sevilla.
El Sevilla embiste y coge
A la tercera, esta vez sí, fue la vencida. La contra la comandó Jesús Navas por la izquierda. Nadie del Real Madrid replegó bien. Ganado el sitio a Marcelo, el sevillista levantó la cabeza y asistió a André Silva, que aprovechó una laguna entre los centrales blancos para batir a bocajarro a Courtois.
El Real Madrid estaba contra las cuerdas, más hundido que tocado, pero aún le quedaban 70 minutos por delante para resucitar… o seguir muriendo. Murió otra vez en el 21 –con 69 por delante– con otra contra a la salida de un córner que botó el equipo de Lopetegui. La contra la aceleró Jesús Navas, que enseñó todas las miserias de Nacho. Su disparo a bocajarro lo repelió Courtois, pero su rechace cayó en los pies de André Silva que, a contrapié, no perdonó e hizo el 2-0.
Lopetegui tenía a su equipo muerto en vida, pero no sabía qué hacer. El tercero pudo y debió caer al filo de la media hora. Impidiólo el larguero de Courtois, que se interpuso entre el 3-0 y el disparo del Mudo Vázquez. Era sólo cuestión de tiempo. Unos minutillos ná más. Los que tardó Ben-Yedder en encontrar el hueco entre las dudas de Courtois y la frenada de Ramos para meter la punterita y, esta vez sí, hacer el 3-0.
El Madrid, en ruinas
Lo intentó, con más vergüenza que acierto, el Real Madrid en los últimos minutos. Un par de córners y alguna llegadita para maquillar una imagen de 45 minutos en los que el equipo de Lopetegui dio más pena que la ministra de Justicia compareciendo histérica en el Senado.
No cejó en su empeño el Sevilla en la reanudación ante un Real Madrid que trataba, sin éxito, de encontrarse a sí mismo. El repaso táctico de Machín era memorable ante un equipo que parecían once conos rojos. Un golazo de Modric después de una genial asistencia de Asensio pareció meter a los de Lopetegui en el banquillo. Lo evitó el VAR. Tenía razón, porque Modric tenía un pie en fuera de juego.
El gol-no-gol espoleó al Real Madrid, que se remangó para poner cerco al área de Vaclik. Fuegos de artificio, porque la respuesta del Sevilla fue contundente: dos ocasiones clamorosas que salvó bajo palos Courtois. La doble ocasión hizo reaccionar a Lopetegui, que sacó del campo a Nacho y Benzema para meter a Lucas y Mariano.
Bale perdona, Marcelo se rompe
En el 60 Bale no fue capaz de meter al Real Madrid en el partido. Arrancó desde campo propio y galopó como un percherón. Se plantó ante Vaclik, pero le tiró al muñeco y el meta sevillista fue capaz de sacar una mano estupenda para evitar el 3-1.
Los intentos de los blancos morían de inanición futbolística. Nada de Asensio. Poco de Kroos. Casi nada de Modric. Isco, ahí recién operado y leyendo libros. Con más de media hora por delante el partido parecía del Sevilla, aunque con al Real Madrid nunca conviene darle por muerto. El tercer cambio de Lopetegui fue Ceballos por Modric, como si quisiera provocar al Pizjuán.
A Lopetegui le crecieron los enanos con la lesión de Marcelo, que tuvo que irse del campo cojo perdido. El Madrid afrontó los últimos diez minutos más el alargue con un jugador menos –bueno, con diez, porque con jugadores de menos llevaba desde el inicio–, aunque el Sevilla tuvo piedad y no quiso hacer más sangre. Tampoco lo necesitaba. El 3-0 final ya era botín suficiente. Malas noticias para los blancos, que desperdician la oportunidad de ponerse por delante del Barça y llegan al derbi con la posibilidad cierta de estar el domingo hasta por debajo del Atlético como pierdan en el Bernabéu.
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