El Barça tiene plan sin Messi

• Francisco Rabadán @pacorabadan
• Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.
• • 11/12/2018 23:01
  • Actualizado: 11/12/2018 23:18

Barça y Tottenham firmaron un empate que deja a los dos satisfechos, puestos que ambos pasan a los octavos de final de la Champions. Los culés recuperaron a Dembélé y Coutinho para la causa –con ellos hay plan B– con un gran partido de los dos hombres llamados a cubrir el vacío dejado por Neymar, mientras que en los spurs brilló un Harry Kane que se etiquetó como un delantero total.

Sin Messi en el once titular, y con jóvenes como Aleñá o Miranda, todo hacía indicar que el partido se ponía de cara para el Tottenham, pero nada más lejos de la realidad. Los canteranos rindieron y con nota ante un pura sangre europeo que pasó a octavos de final, pese a la tremenda actuación de Cillesen en un partido que se convirtió en una montaña rusa.

Y el que madrugó más que nadie fue ¡¡¡Ousmane Dembélé!!! El hombre que lleva gastados más de 150.000 euros por llegar tarde a los entrenamientos del Barcelona abrió la cuenta en el minuto 6 en un auténtico jugadón lleno de fe, calidad y definición.

El delantero francés se aprovechó de un error grosero Walker-Peters para liderar una contra, desbordar al defensa inglés y a su compañero Winks con un recorte en el área marca de la casa y anotar ante Lloris. El francés desplegó su repertorio ante un Camp Nou que no dudó en perdonarle sus pecados, mientras se golpeaba la cabeza.

El Barça, con todo a favor, se acomodó a la espera de un Tottenham que no tenía profundidad y que dependía en exceso de los desbordes de Son para crear peligro. Fue el koreano, precisamente, quien tuvo la ocasión más clara de toda la primera mitad cuando se plantó solo contra Cillesen. El guardameta suplente no desmereció para nada a Ter Stegen sacando una pierna salvadora cuando ya se oía el empate.

El partido empezó a ser un toma y daca. Al Tottenham le faltaba precisión en los remates –especialmente por parte de Son–, mientras que el Barça únicamente creaba peligro con los disparos de Coutinho. El brasileño a punto estuvo de sentenciar el choque en el último minuto de la primera mitad en una jugada explosiva que terminó con su disparo en el poste.

El Tottenham mete más marcha

El descanso cambió la cara de un Tottenham que salió en tromba en la segunda mitad. Harry Kane desperdició otro mano a mano al inicio con un Lenglet que le obstaculizó lo suficiente para conseguir que marrase la ocasión. Song y Eriksen también se animaban a probar suerte desde la frontal exigiendo a Cillesen varias respuesta seguras.

El empate podría caer de un momento a otro y Valverde optó por no dar más oportunidades a los británicos sacando a Leo Messi en el minuto 62. Con el argentino en el campo, –poco activo, por cierto– el Tottenham se agarrotó hasta que entró el agitador Lucas Moura.

El brasileño metió una marcha más en el ataque de los londinenses y más sabiendo que estaban fuera a partir del minuto 73 por el gol de Icardi en el otro partido del grupo. El extremo tuvo una doble oportunidad un minuto después que obligó a Cillesen a volver a abrir su tarro de las esencias con una gran parada a cabezazo picado. Moura recuperó el rechace y casi consigue la igualada con un disparo con excesiva rosca que se marchó fuera.

Pochettino estaba contra la espada y la pared y decidió sacar a Fernando Llorente por un centrocampista con todo el riesgo del mundo a diez minutos del final. Ese cambio reprodujo la fragilidad surgida en el Tottenham con el segundo lanzamiento al poste de la noche de Coutinho. El brasileño es el vivo contraste de Dembélé en cuanto a la fortuna.

Tanta pólvora en el campo daría resultados a los spurs en el minuto 84. Lamela encontró a Harry Kane en posición de extremo y éste asistió a Moura para que anotase la igualada disparando a quemarropa en el área pequeña. Cillesen, esta vez, no pudo obrar ningún milagro.

El Tottenham se vino arriba y puso en riesgo la racha de 28 partidos invicto en casa en la Champions. Rose la tuvo en sus botas a dos minutos del final tras una magnífica asistencia de Harry Kane –que hace mucho más que marcar goles– haciendo un disparo que se asemejó más a un despeje que a una intento de gol.

En el descuento, el partido prácticamente no se jugó, puesto que los jugadores visitantes estaban más pendientes a los transistores que a lo que pasaba en el partido. Si había gol en el Giuseppe Meaza, el Inter les apearía a la Europa League. Finalmente ese gol no llegó y Barça y británicos terminaron con una sonrisa un partido que mereció muchos más goles de los que reflejó el marcador.