Parece Mónaco pero está en España: el desconocido pueblo de playa que podría ser de lujo y es baratísimo
En la interminable costa del sur de España existe un lugar que ha empezado a destacar entre las recomendaciones internacionales de viaje por su exclusividad y belleza natural. Se trata de Almerimar, un pueblo de playa situado en el corazón de Almería, dentro de El Ejido. Aunque podría parecer un destino más de la lista de municipios costeros andaluces, este enclave ha logrado una atención especial por parte del público británico, que lo ha bautizado como el «pequeño Mónaco» español. No es una comparación menor, ya que el apodo hace referencia a su distinguido puerto deportivo, su ambiente exclusivo y su cuidada estética urbana.
En un contexto de creciente masificación turística, donde destinos como Barcelona, Palma o Ibiza luchan con las consecuencias del sobreturismo, Almerimar emerge como un refugio tranquilo para quienes buscan desconectar sin renunciar a los lujos. Aquí, la elegancia convive con lo auténtico, y la tranquilidad se mezcla con una amplia gama de actividades al aire libre, todo rodeado de playas vírgenes, historia y una cocina mediterránea que conquista el paladar.
El pueblo de playa con más encanto del litoral andaluz
Uno de los principales atractivos de Almerimar es el equilibrio entre modernidad y naturaleza. Su puerto deportivo, uno de los más grandes de España con más de 1.100 amarres, se convierte en el eje central de la vida local. No sólo alberga yates y embarcaciones de gran eslora, sino que también actúa como punto de encuentro, con restaurantes, cafeterías y tiendas.
Playas para todos los gustos
Las playas de esta localidad son un auténtico tesoro para quienes buscan diferentes entornos. Las más urbanas, como la Playa de Poniente o la Playa de Levante, ofrecen un amplio abanico de servicios y una ubicación privilegiada junto a los principales alojamientos y el paseo marítimo.
Si el plan es escapar del bullicio y sumergirse en la naturaleza en estado puro, la Playa de Punta Entinas-Sabinar es la opción ideal. Esta playa forma parte de un paraje natural protegido y mantiene su estado salvaje: sin construcciones, sin chiringuitos, sólo arena, mar y vegetación costera. Muy cerca, la Playa de San Miguel se presenta como un enclave ideal para los deportes acuáticos, gracias a su oleaje perfecto para el kitesurf.
Entorno natural
El respeto por el entorno natural es una seña de identidad de este pueblo de playa. El Paraje Natural Punta Entinas-Sabinar alberga marismas, salinas y una gran variedad de aves. Para explorarlo, existen senderos bien señalizados que permiten adentrarse en este paraíso sin alterar su equilibrio.
Una de las mejores rutas es el Sendero Punta Entinas, de unos 6 km de longitud. Este recorrido transcurre paralelo a la costa, entre dunas, marismas y antiguas salinas, ofreciendo vistas espectaculares del Mediterráneo y la fauna local. Durante el trayecto, es habitual avistar flamencos, garzas y otras aves acuáticas. El camino está bien señalizado y es de baja dificultad. A lo largo del sendero ha paneles informativos que permiten conocer más sobre el ecosistema y su biodiversidad.
Además, la proximidad del Lago Victoria ofrece otra opción para disfrutar de la naturaleza, ya sea con paseos en piragua o simplemente relajándose junto a sus aguas tranquilas.
Patrimonio histórico
A nivel cultural, este pueblo de playa también cuenta con elementos de interés. El Castillo de Guardias Viejas, situado sobre un promontorio rocoso, ofrece vistas espectaculares del litoral y conserva la esencia de la arquitectura militar del siglo XIX. Más allá de su función defensiva, se ha convertido en un lugar ideal para eventos culturales y visitas históricas.
Completan la oferta patrimonial la Torre de Balerma, vestigio del sistema defensivo costero, y diversos restos arqueológicos como el yacimiento del Daymún hispanorromano o los antiguos aljibes de origen andalusí repartidos por El Ejido.
Gastronomía: un viaje de sabores mediterráneos
La cocina local es otro de los pilares que explican por qué Almerimar enamora a quienes lo visitan. En sus restaurantes y bares se puede saborear una mezcla perfecta entre los productos del mar y los frutos de la huerta. El gambón rojo, capturado en aguas cercanas, es uno de los grandes protagonistas, junto al clásico arroz a banda, la jibia en salsa o la pipirrana, una ensalada fresca que refleja la esencia del Mediterráneo.
A diferencia de otros destinos que buscan crecer a base de cantidad, Almerimar apuesta por la calidad como modelo de desarrollo. Su crecimiento ha sido planificado con criterio, cuidando el entorno, fomentando el turismo responsable y ofreciendo servicios de alto nivel sin perder el carácter local. Esta estrategia ha hecho que se consolide como un destino deseado, sobre todo para quienes buscan algo más que sol y playa.
En definitiva, este «pequeño Mónaco» andaluz ha encontrado la fórmula del éxito: combinar lujo, naturaleza y autenticidad. Es un lugar que invita a quedarse, a volver y a recomendar. Y quizá por eso, cada vez más viajeros británicos se rinden ante su encanto.
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