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No volverás a lavar tu edredón: el método escandinavo con el que podrás limpiarlo sin meterlo en la lavadora

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Con la llegada del verano, una de las tareas más importantes es  guardar el edredón, ese fiel compañero que nos ha abrigado durante los meses fríos de invierno. Pero antes de hacerlo, surge una duda habitual: ¿cómo mantenerlo limpio sin necesidad de meterlo en la lavadora? Desde los países escandinavos nos llega una solución práctica, sencilla y respetuosa con los tejidos para lavar el edredón.

En lugares como Suecia, Noruega o Finlandia, donde las temperaturas pueden descender considerablemente durante el invierno, aprovechar el clima seco y frío es una práctica habitual. Las familias escandinavas suelen sacar al exterior sus edredones y almohadas para que se ventilen al aire libre, especialmente cuando no es práctico lavarlos constantemente. Esta tradición se ha mantenido durante generaciones y, ahora, expertos en descanso como Sarah Jubb, de la compañía británica Happy Beds, la recomiendan como una opción eficaz y respetuosa con el medio ambiente.

El método escandinavo para lavar el edredón

Lavar un edredón en casa no siempre es fácil. A menudo, el volumen del edredón supera la capacidad de la lavadora, lo que impide un lavado uniforme. Incluso si cabe, el centrifugado puede apelmazar el relleno, dejando zonas con menos volumen o con bultos incómodos. Por no hablar del tiempo de secado, que se puede prolongar durante días.

Aquí es donde entra en juego el método escandinavo. La clave de esta técnica reside en exponer el edredón a condiciones climáticas específicas: aire seco, temperaturas frescas y, cuando sea posible, algo de luz solar directa. Según Jubb, estas condiciones contribuyen a eliminar la humedad acumulada, lo que reduce notablemente la proliferación de bacterias, los olores desagradables, y la aparición de manchas amarillentas o moho. Además, la luz del sol actúa como un desinfectante natural, capaz de destruir microorganismos que podrían haberse alojado entre las fibras del tejido.

  1. Lo ideal es elegir un día seco y soleado, aunque con temperaturas frescas. No es necesario que haga mucho frío, pero sí que la humedad ambiental sea baja.
  2. Buscar un lugar ventilado. Un balcón, una terraza o incluso un tendedero junto a una ventana pueden funcionar perfectamente. Si no se dispone de espacio exterior, una habitación con buena ventilación y luz solar también puede servir.
  3. Extiende el edredón completamente para que todas sus partes reciban aire y luz. Si es posible, cuélgalo para que el aire circule tanto por arriba como por debajo.
  4. Déjalo al menos entre cuatro y seis horas. Si el clima lo permite, puedes dejarlo durante todo el día. En zonas muy frías, incluso se puede aprovechar el aire helado, que ayuda a matar ácaros y bacterias.
  5. Durante la temporada de uso, repetir este proceso una vez al mes puede ser suficiente. Y antes de guardarlo para el verano, es muy recomendable hacerlo al menos una vez.

Una de las partes más valiosas de esta técnica es la exposición a la luz solar. Aunque pueda parecer algo simple, los rayos del sol tienen propiedades antisépticas. La radiación ultravioleta (UV) actúa sobre la superficie del tejido y descompone las membranas celulares de ciertos microorganismos, como bacterias o esporas de moho. Además, ayuda a reducir los olores persistentes, especialmente los derivados del sudor nocturno o la humedad ambiental.

Una vez que el edredón se ha aireado y desinfectado de forma natural, llega el momento de guardarlo adecuadamente hasta el próximo invierno. Éstas son algunas recomendaciones útiles:

Ventajas frente al lavado convencional

Aunque meter el edredón en la lavadora puede parecer la opción más lógica, no siempre es la más adecuada. Para empezar, no todos los edredones caben en una lavadora doméstica. Por otro lado, el lavado frecuente puede degradar los materiales con el tiempo. Las fibras sintéticas o naturales del relleno pueden apelmazarse, perder su forma o capacidad térmica. Incluso los tejidos exteriores pueden desgastarse o sufrir daños por los ciclos de centrifugado y secado.

En cambio, el método escandinavo no sólo evita estos problemas, sino que también es más ecológico, ya que reduce el uso de agua y detergentes, al tiempo que elimina el consumo energético asociado a lavar y secar. Para las personas con alergias o pieles sensibles, este método también puede ser una bendición, ya que se evita el contacto con productos químicos y fragancias artificiales.