Cultura
Tras su restauración en la Real Academia de Bellas Artes

‘Susana y los viejos’ de Rubens a sólo un paso de poder viajar a las exposiciones internacionales

‘Susana y los viejos’ de Pedro Pablo Rubens, uno de los máximos exponentes del Barroco, costó 60.000 reales –una fortuna para la España de 1778– en la conocida ‘Almoneda de Príncipe Pío’ y fue la primera obra que se compró para la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando por orden expresa del rey Carlos III con el fin de influir en la formación de los jóvenes artistas. La pieza del artista alemán, de grandes dimensiones y pesada por sus tablas –probablemente– procedentes del nogal, está ahora más cerca de poder ser prestada a grandes exposiciones nacionales e internacionales tras decenas de negativas por parte de la real institución.

La pintura se ha sometido a una profunda restauración que permitirá un transporte seguro. «Para nosotros es muy importante que se vea y que esté en óptimas condiciones para ser transportada a otras exposiciones en Europa», ha señalado José María Luzón, el director de la Real Academia. Los trabajos, que han sido llevados a cabo por Premios Nacionales de Restauración, han sido financiados gracias a la donación de 10.000 euros de la Fundación Callia, una organización-incubadora de grandes y nuevos mecenas que regenta Carmen Reviriego. 

Debido a su gran tamaño y al desconocimiento de la parte trasera, ya aún no se ha dado la vuelta a la obra por su peso, no se ha podido descolgar de la sala y las restauradoras han tenido que trabajar en la misma sala sobre andamios. «La obra de Rubens se ha dejado en manos de las mejores», ha detallado Luzón.

Detalle de ‘Susana y los viejos’ de Rubens @RABASF

Una de ellas, presente en la presentación de ‘Susana y los viejos’ ha explicado con detalle que Rubens comenzó a pintar con blancos de plomo y acaba al con la última capa de pintura donde resaltan el brillante azul, antes apagado por los barnices oxidados o la suciedad de las calefacciones. La última intervención de esta obra se llevó a cabo en 2017, se hizo, no obstante «una restauración de urgencia», pero se requería de una intervención aún más profunda y con un estudio más completo que aporte más información de la obra como por ejemplo la época del marco dorado que posee.

Susana y los viejos’, de Rubens, cuenta con un marco tallado –sin aplicaciones– en dorado que data, probablemente, aún se tiene que analizar, de finales del S. XIX. Lo que sí se sabe a ciencia cierta, según explican fuentes de la Academia, es que la obra llegó sin marco y que fue la real institución la que lo encargó tras la compra.

La obra, pintada por Rubens cuando aún no había cumplido los 30 años, se hizo durante la etapa italiana del pintor alemán –de ahí la influencia de Miguel Ángel a la hora de trabajar de manera escultórica las manos de los personajes masculinos, los colores vivos de la ‘Escuela de Venecia’ o las fuentes de inspiración clásica. La escena, de carácter bíblico –Libro de Daniel–, narra la historia del intento de violación de la bella Susana, esposa del adinerado Joaquín, por parte de los viejos del Consejo. En este instante, a pesar de que la historia acaba con la intervención de Daniel porque acusan a la joven de adulterio por no tener relaciones sexuales con ellos, es cuando los viejos la agarran y la increpan cuando sale del baño.

Detalle de ‘Susana y los viejos’ de Rubens @RABASF

«Se trata de una manera de tratar de manera libre el desnudo femenino. Este momento es el de mayor tensión, el momento del asalto de los ancianos a la casa de Susana. De ahí el gran movimiento de la figura», comenta el que fuera director del Museo del Prado. Y apunta, además, que se trata de un «desnudo justificado». Es decir, usar escenas religiosas con el fin de poder experimentar con los desnudos sin ser atosigados por la Iglesia.

10.000 euros de donación de mecenas privados

«No somos un museo del Estado, estamos bajo la Corona del Rey y esto le da a esta Academia de Bellas Artes de San Fernando el privilegio de ser consideradas en la Unión Europea un de los órganos consultivos independientes», ha explicado muy orgullo Luzón en su intervención. No obstante, y a pesar de sus tintes regios, la institución requiere de financiación para llevar a cabo acciones como esta.

La presidenta de la Fundación Callia, ha explicado que «no dudó ni un momento en contribuir a la restauración porque Rubens es un artista y una persona diplomática, una persona que viajaba mucho. Y esta restauración va de eso, del compromiso de la sociedad española».

Los 10.000 euros proceden de los Premios Iberoamericanos del Mecenazgo, unos galardones que nacen con la intención de «ser una incubadora que haga nacer nuevos mecenas que deberían tener reconocimiento social por compartir su riqueza». Es más, detalla que algunos de los mecenas que donaron «era la primera vez que lo hacían. No debemos olvidar que Rubens siempre trabajó con mecenas como el Duque de Mantua, de modo que sí, hacen falta mecenas en el arte español».

Por ello, la filántropa no dudo en poner un ejemplo que dejara en evidencia la importancia de las donaciones. El Metropolitan tiene un presupuesto de 320 millones de dólares, pero sólo un pequeño porcentaje viene del Ayuntamiento de Nueva York. «No hablamos de que el Estado tenga que dar más para el arte no hay suficiente ni en España ni en muchos países desarrollados, no estamos hablando de eso», pero ha insistido en la «necesidad» de apoyar el arte. «Debemos tomar el modelo anglosajón, sobre todo Reino Unido y EEUU, la sociedad debería participar de una manera activa en el mundo de la Cultura», ha detallado.

Ha señalado Reviriego, además, que deberíamos «tener una razón de ser filantrópica. El arte, para mí y en mi caso, es una herramienta fundamental para hacer que la historia y la cultura pueda pasar de generación en generación».  Y ha concluido diciendo que «la historia del arte no es más que la historia de la humanidad. Además, el arte es emoción y hace el mundo más bello».